El presidente de EEUU, Joe Biden, ha optado por decir lo menos posible sobre la acusación presentada contra su predecesor Donald Trump por la justicia federal.
El Político
La Casa Blanca esquiva las preguntas al respecto. Su campaña no las responde. Y Biden se desmarca de la situación. “No tengo nada que decir sobre lo sucedido”.
Así lo dijo Biden a la prensa en Rocky Mount, Carolina del Norte, reportó SanDiegoUnionTribune.
Al mandatario le preguntaron el viernes si había hablado con el secretario de Justicia, Merrick Garland, sobre el caso. Su respuesta fue lacónica: “No he hablado con él sobre nada. “No conversaré con él”.
¿Por qué es importante?
Esta reticencia refleja la situación precaria y sin precedentes en que se encuentra el actual mandatario estadounidense: así como Trump es el primer expresidente acusado de un crimen federal, Biden es el primer presidente cuyo gobierno ha acusado a su principal rival político.
Aunque de ninguna manera fue imprevista, la acusación a Trump fue un nuevo recordatorio para los seguidores de Biden de que el presidente no quiere hacer declaraciones que lo introduzcan en el drama.
Lo cierto es que Biden no quiere dar combustible a los intentos de Trump y sus aliados de presentar al Departamento de Justicia como impulsor de una persecución política.
Biden ha optado por la prudencia
Eric Dezenhall, consultor de comunicaciones en tiempos de crisis, dijo que Biden ha optado por la prudencia.
“Uno toma ciertas posiciones, no porque sean persuasivas sino porque son menos dañinas”, dijo.
“Cualquier sílaba que pronuncien Biden o el equipo de la Casa Blanca será utilizada en la corte y para validar políticamente la versión de la cacería de brujas”, explicó Dezenhall.
Una de las promesas de campaña centrales de Biden fue restaurar la independencia del Departamento de Justicia. Ahora quiere reforzar ese principio como cuestión tanto política como práctica.
“Jamás, ni una sola vez, le he insinuado al Departamento de Justicia qué debe hacer o no hacer, con respecto a presentar una acusación o no presentar una acusación”, dijo Biden el jueves. “Soy honesto”.
Horas después, dijo la Casa Blanca, el presidente se enteró de los 37 cargos criminales presentados contra Trump por un jurado de instrucción en Miami a través de la cobertura periodística del anuncio de Trump de su convocatoria a presentarse el martes.
En contexto
El expresidente de EEUU, Donald Trump, cumple 77 años en un momento complicado.
Está envuelto en problemas legales que podrían dificultar su camino de regreso a la Casa Blanca, pero también le pueden servir como un arma de campaña para afianzar sus bases.
Las autoridades, en su texto de 49 páginas, detallaron que Trump –presuntamente- compartió información clasificada con personal no autorizado.
También precisaron que el expresidente ha hecho esfuerzos por obstruir la recuperación de los documentos, que incluyen artículos sobre el programa nuclear estadounidense y puntos débiles internos.
El Departamento de Justicia recalcó que sus decisiones sobre las investigaciones no se rigen según la política partidista.
Biden ha manifestado que no se entrometerá en ninguna pesquisa contra Trump.
Se espera que el líder republicano comparezca en un tribunal de Miami el próximo martes. Los procesos federales contra un expresidente no tienen antecedentes en Estados Unidos.
Entre líneas
Trump puede utilizar las acusaciones en su contra como un arma a favor de su campaña y contra el gobierno del demócrata Joe Biden, quien probablemente sea su rival en caso de competir nuevamente por la presidencia de Estados Unidos.
En los hechos, Trump ya ha lanzado acusaciones contra el Departamento de Justicia por esta investigación en su contra y en un discurso de campaña el sábado pasado en Georgia calificó estas acciones como un abuso de poder.
En resumen
Los presidentes pueden elegir no hacer comentarios públicos sobre casos legales en curso para evitar interferir en el proceso judicial, preservar la independencia del poder judicial y respetar el principio de separación de poderes.
Además, pueden preferir centrarse en sus propias agendas y prioridades políticas en lugar de involucrarse directamente en casos legales individuales.
Vale destacar que Trump todavía encabeza las preferencia para obtener la candidatura a la presidencia del Partido Republicano.
El neoyorquino cuenta con 53.9% de las preferencias, muy por encima de su competidor más cercano, el gobernador de Florida, Ron DeSantis, quien cuenta con 21.5% de las elecciones, de acuerdo con el promedio de encuestas de FiveThirtyEight.