El jefe del grupo mercenario Wagner, Yevgeny Prigozhin, rompió su silencio
por primera vez desde que encabezó una rebelión armada: dijo que su intención nunca
fue derrocar al gobierno de Vladimir Putin.
El Político
“No teníamos el objetivo de derrocar el régimen existente y el gobierno legítimamente
elegido”, dijo Prigozhin el lunes en un mensaje de audio de 11 minutos en el canal Telegram de su servicio de prensa. “No queríamos derramar sangre rusa”.
Los mercenarios en sus canales de Telegram aseguraron que Lukashenko, que intervenía en representación del presidente ruso, Vladímir Putin, y Prigozhin acordaron que el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, cuyo cese era el objetivo declarado de los Wagner, sería efectivamente destituido.
Panorama general
El portavoz del Kremlin, Dmitri Peskov, aseguró que, según lo convenido, a Prigozhin se le retiraban las acusaciones de «traición» y «sedición», entre otras, y partía hacia Bielorrusia despojado ya del mando sobre sus combatientes, quienes regresaban «a sus campamentos», reportó ABC
No obstante, el Ministerio de Defensa ruso, difundió este lunes un video mostrando a Shoigú en acción, pasando revista a las tropas en el este de Ucrania.
El militar participa en una reunión con el mando militar de la zona y a bordo de un helicóptero o un avión inspeccionando supuestamente el área del frente.
Paralelamente, el diario ruso Kommersant, la agencia RIA-Nóvosti y otros medios de comunicación rusos sostienen que los cargos contra Prigozhin no han sido retirados.
Lo cierto es que la llamada «marcha por la justicia» lanzada por los Wagner el viernes no ha servido para otra cosa que fracturar todavía más el poder de Putin, hundir a los propios mercenarios y situar a Prigozhin entre la espada y la pared.
¿Por qué es importante?
La marcha hacia la capital de las tropas de Grupo Wagner, un contratista militar encabezado por Yevgeny Prigozhin, y el acuerdo logrado por la noche con que finalmente la detuvo mellaron gravemente la reputación de Putin como un líder dispuesto a castigar despiadadamente a cualquiera que desafíe su autoridad.
Eso puede abrir la puerta a otros que no están contentos con el control del poder de Putin durante dos décadas, especialmente después de su desafortunada invasión a Ucrania.
Curiosamente, a Putin no se le ha visto desde la madrugada del sábado, cuando denunció la revuelta como traición en un discurso televisado a la nación y amenazó con un "duro castigo" que nunca llegó a producirse.
Las claves del momento
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Biden asegura que EEUU no estuvo involucrado
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, ha asegurado este lunes que Washington no estuvo involucrado en la rebelión del Grupo Wagner.
En declaraciones a la prensa, Biden aseguró que fue informado "hora a hora" de los acontecimientos en Rusia y que llegó incluso a convocar una reunión telemática de los principales socios.
"Dejamos claro que no estábamos involucrados. No tuvimos nada que ver", señaló.
"Esto ha sido parte de una lucha interna del sistema ruso. Vamos a seguir evaluando las consecuencias de los acontecimientos de este fin de semana y las implicaciones para Rusia y Ucrania, pero aún es demasiado pronto para llegar a una conclusión definitiva sobre hacia dónde va esto", ha añadido Biden.
Previamente, el portavoz del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, Adam Hodge, aseveró que EEUU "no estuvo involucrado y no se involucrará en esta situación" que, tal y como más tarde ha remarcado Biden, es un "asunto interno" de las autoridades militares rusas.
Las declaraciones de Biden y el Consejo de Seguridad Nacional se dan después de que el ministro de Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, aludiese a una posible participación ucraniana e incluso occidental en el intento del Grupo Wagner de asestar un duro golpe a la cúpula militar rusa.
En resumen
En un intento de dar imagen de normalidad, las autoridades de Moscú y su región levantaron esta mañana el «régimen de operación antiterrorista», decretado ante el peligro de que los Wagner, como prometieron, pudiesen llegar a Moscú.
Según el Ministerio de Defensa ruso y las imágenes ofrecidas, que algunos canales de Telegram aseguran que se tomaron antes de la crisis provocada por Prigozhin, Shoigú «inspeccionó el puesto de mando avanzado» de «una de las formaciones» del grupo occidental de tropas en Ucrania, aunque no se aclara cuándo tuvo lugar tal comprobación.
El comunicado señala también que el ministro «escuchó un informe del comandante del grupo, el coronel general Evgueni Nikíforov, «sobre la situación actual» y «la naturaleza de las acciones del enemigo».
Shoigú ordenó llevar a cabo un reconocimiento del terreno para «determinar de antemano» los planes del Ejército ucraniano «en sus aproximaciones a la línea de contacto».
Desde que estalló el motín de Prigozhin, el ministro de Defensa no había aparecido por ninguna parte y nadie informó de su paradero.
Por otro lado, el diario Kommersant, que cita fuentes anónimas, asegura que el Servicio Federal de Seguridad de Rusia (FSB o antiguo KGB) continúa investigando la actuación de Prigozhin, el caso no está cerrado, en contra de lo anunciado por el portavoz de la Presidencia rusa.
Esta misma información está apareciendo en otros medios de comunicación y agencias rusas.