A pesar de estar siendo criticado por miembros del Departamento de Estado por las delicadas decisiones tomadas sobre la situación en Medio Oriente, la administración de Joe Biden solicitó al Congreso un préstamo para subsidiar a Israel.
El Político
Mundialmente se están desarrollando dos grandes batallas militares: en occidente, Rusia y Ucrania tienen 2 años en guerra. Por otra parte, en Medio Oriente, Israel está siendo victima del terrorismo a manos del grupo guerrillero yihadista, Hamás.
Por esto, el pasado viernes, 20 de octubre, la Casa Blanca pidió al Congreso casi 106.000 millones de dólares para financiar planes ambiciosos para Ucrania e Israel, países que están siendo apoyados militar y económicamente por la administración de Joe Biden.
La solicitud de financiación del presidente estadounidense se produce luego de que el pasado miércoles 18 de octubre, visitara Israel y prometiera solidaridad con las víctimas, mientras el gobierno israelí lleva acabo una estrategia de contraataque direccionado hacia Gaza, zona donde se encuentra la sede principal del grupo terrorista Hamás, quienes, el 7 de octubre, bombardearon el territorio judio acabando con la vida de 1.400 ciudadanos israelíes.
La propuesta de Biden consiste en agrupar la financiación de Israel con Ucrania y otros puntos críticos que se están presentando durante su atropellada administración. La seguridad fronteriza, la asistencia a los refugiados, las medidas para contrarrestar a China y otras prioridades acaloradamente debatidas también entran en este plan.
Por otra parte, Biden espera “haber creado un proyecto de ley de gasto en seguridad nacional imprescindible que pueda ganar apoyo en una Cámara de Representantes caótica”, según informó el medio Routers.
Se sabe que algunos legisladores republicanos han fijado una posición escéptica sobre la “necesidad de financiar la guerra de Ucrania con Rusia” y han amenazado con detener por completo el gobierno para poner fin al gasto fiscal impulsado por la deuda que estos financiamientos acarrea.
También, este viernes 20, se hizo público el descontento de varios funcionarios del Departamento de Estado, quienes se encuentran a la espera de un “cable” para advertir sobre las delicadas y contraproducentes decisiones de la administración de Biden sobre el ataque terrorista en Medio Oriente.