Nicolás Maduro, el "líder" de la dictadura de Venezuela, confirmó la celebración de las elecciones presidenciales en el segundo semestre del 2024.
El Político
En un llamado a la "transparencia del proceso", Maduro instó a la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC) y a la secretaría general de la Organización de Naciones Unidas (ONU) a considerar la posibilidad de enviar observadores internacionales para supervisar la preparación y desarrollo de los comicios.
Maduro hizo referencia a una propuesta de calendario electoral presentada por diversos sectores, incluyendo organizaciones políticas no afiliadas a la oposición tradicional. Esta propuesta, denominada "Acuerdo Amplio de Caracas", según Maduro, amalgama los acuerdos previos firmados en Noruega, México y Barbados, ampliando el respaldo social y político.
En este sentido, expuso estos detalles durante su participación en la VIII Cumbre de la CELAC en San Vicente y las Granadinas. En este contexto, destacó la importancia de la inclusión de observadores internacionales para garantizar la legitimidad del proceso electoral.
El Acuerdo de Barbados, alcanzado con la Plataforma Unitaria de la oposición, ha enfrentado desafíos. Ambas partes se han acusado mutuamente de violar los acuerdos sobre garantías electorales firmados en Barbados, lo que ha generado tensiones y complicaciones en el proceso.
La flexibilización de sanciones por parte de Estados Unidos tras la firma del Acuerdo de Barbados fue seguida por su posterior reinstauración. Esto ocurrió en respuesta a la ratificación de la inhabilitación de María Corina Machado, una destacada figura de la oposición, para ejercer cargos públicos.
Durante su intervención, Maduro también denunció las repercusiones de las sanciones estadounidenses y otras "agresiones", como la incautación y desmantelamiento de un avión de Emtrasur, filial de la estatal venezolana Conviasa. Este acusó al avión de violar "sanciones y leyes de exportaciones" y de mantener presuntos vínculos con el terrorismo.
Además de sus declaraciones en la cumbre, Maduro sostuvo una reunión bilateral con el presidente de Brasil, Luiz Inácio Lula Da Silva, y saludó al mandatario de Guyana, Irfaan Ali. A pesar de las tensiones por el territorio del Esequibo, ambos líderes intercambiaron regalos, mostrando una cordialidad que sugiere la posibilidad de reactivar el Acuerdo de Ginebra en el futuro.
En este contexto, Maduro expresó su "esperanza" de que las buenas relaciones establecidas entre los países se profundicen, abogando por una solución pacífica y diplomática para las tensiones en torno al Esequibo.