En un giro significativo en la política exterior de Estados Unidos hacia Venezuela, el gobierno estadounidense ha reconocido oficialmente a Edmundo González Urrutia como el presidente electo del país sudamericano.
Esta decisión fue anunciada por el secretario de Estado, Antony Blinken, quien enfatizó que "el pueblo venezolano se pronunció contundentemente el 28 de julio y nombró a Edmundo González como presidente electo".
A pesar de que el Consejo Nacional Electoral de Venezuela proclamó a Nicolás Maduro como ganador en las elecciones del 28 de julio, la oposición, liderada por González, ha presentado actas que indican que él obtuvo más del 70% de los votos.
Las autoridades electorales venezolanas no proporcionaron un recuento detallado de los votos, lo que ha llevado a cuestionamientos sobre la legitimidad del proceso electoral. Esta falta de transparencia ha sido un factor clave en la decisión de EE.UU. de reconocer a González como presidente electo.
El reconocimiento por parte de EE.UU. se alinea con una tendencia más amplia entre algunos países occidentales, como Italia, que han comenzado a apoyar a González como líder legítimo. Este apoyo internacional podría influir en futuras políticas y sanciones contra el régimen de Maduro.
Este reconocimiento representa un cambio en la terminología utilizada por EE.UU., pasando de referirse a líderes opositores como "presidentes legítimos" a "presidentes electos". Este cambio podría implicar un enfoque más directo hacia el reconocimiento formal del resultado electoral y una mayor presión sobre el régimen actual.
La decisión se produce en un momento crítico para las relaciones entre EE.UU. y Venezuela, especialmente con la inminente asunción del nuevo presidente estadounidense, Donald Trump, quien podría tener planes diferentes respecto a su relación con Maduro.
González ha expresado su gratitud por este reconocimiento y ha afirmado su intención de regresar a Venezuela para asumir la presidencia el 10 de enero, conforme a lo establecido en la Constitución venezolana.