El Ejército y los servicios de inteligencia ucranianos han intensificado la frecuencia y la efectividad de sus ataques aéreos a larga distancia dentro de Rusia contra objetivos militares y de sectores energéticos e industriales que alimentan a las fuerzas armadas del Kremlin, justo antes de la llegada a la Casa Blanca del presidente electo de EE.UU., Donald Trump.
Estos bombardeos, en los que Kiev ha empleado tanto armamento de fabricación propia como misiles ATACMS y Storm Shadow de Estados Unidos y el Reino Unido, buscan seguir minando el potencial militar, logístico y de suministro ruso y son también una advertencia de que Ucrania es capaz de hacer daño al enemigo y de llevar la guerra a su territorio pese a la inferioridad numérica que le hace perder territorio a diario en favor de Moscú en el frente.
“Las autoridades ucranianas anunciaron a finales del año pasado que en 2025 se producirían unos 30.000 drones de largo alcance, lo que significa que centenares de drones impactarán en territorio ruso cada semana”, dijo a EFE el experto ucraniano en defensa Mijailo Samus.
Un buen ejemplo de esta “nueva realidad para Rusia” que anticipa Samus se dio esta semana en la noche del pasado lunes al martes, cuando drones ucranianos y algunos misiles impactaron en objetivos estratégicos de varias regiones de Rusia situados a distancias de entre 200 y 1.100 kilómetros de las líneas ucranianas.
Los blancos alcanzados de mayor importancia fueron esa noche un combinado químico que produce explosivos para el Ejército, un aeródromo militar y el depósito de combustible que alimenta a sus aviones y una refinería de petróleo.
Ucrania también eliminó sistemas de defensa antiaéreos rusos que hacen aún más vulnerables a estos objetivos.
La lista de objetivos golpeados es un buen ejemplo de las prioridades para Ucrania en estos ataques de larga distancia que buscan dejar sin combustible a los aviones y las tropas rusas y cerrar la brecha de la superioridad aérea rusa con ataques a las bases donde Moscú tiene sus cazas.
Para el analista militar ucraniano Oleksandr Kovalenko, el éxito de este y otros ataques perpetrados por Ucrania recientemente es una prueba de que “las defensas aéreas rusas están más agotadas” que nunca.
Debido a la inmensa extensión de su territorio, apunta el experto en defensa Samus, defender con garantías sus muchas infraestructuras estratégicas y militares es una tarea de por sí imposible para Rusia.
“Ucrania lo aprovechará, sin duda. Es una vulnerabilidad estratégica de Rusia y Ucrania golpeará tantos objetivos en Rusia como sea posible en los próximos meses”, señaló Samus.
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