El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, inició este martes su segundo día de mandato con la intención de implementar una serie de medidas anunciadas por decreto, que buscan desmantelar el legado de Joe Biden y abordar la migración ilegal.
En la mañana, Trump asistió a un servicio religioso en la Catedral Nacional de Washington, en contraste con la pompa y el entusiasmo de las ceremonias del día anterior.
A sus 78 años, Trump se convierte en el presidente más longevo en asumir el cargo en la historia del país. Sin embargo, esto no le ha impedido arrancar su segundo mandato con rapidez, firmando decretos que cumplen sus promesas electorales, especialmente en temas como la inmigración ilegal, el aumento de la producción de hidrocarburos y la redefinición de los géneros reconocidos oficialmente para poner fin a lo que él denomina "delirio transgénero".
Además, ha comenzado su ofensiva contra la migración al declarar un estado de emergencia nacional en la frontera con México, permitiendo la movilización de las fuerzas armadas para contrarrestar lo que él considera "una invasión". "Comenzaremos a deportar a millones y millones de extranjeros criminales", afirmó.
Trump también ha designado a los carteles como organizaciones terroristas extranjeras y planea invocar una ley de 1798 contra las pandillas, además de imponer aranceles del 25% a México y Canadá a partir del 1 de febrero. "Probablemente México no quiera eso, pero tenemos que hacer lo correcto", declaró en la Casa Blanca.
Se desconoce hasta qué punto podrá llevar a cabo estos planes, dado su estrecho margen en el Congreso y los desafíos legales que se anticipan. Varias ONG ya han impugnado su orden para eliminar el derecho a la ciudadanía por nacimiento en Estados Unidos.
El republicano reafirmó sus ambiciones expansionistas al afirmar que Estados Unidos recuperará el canal de Panamá y cambiará el nombre del Golfo de México por Golfo de América. También se mostró optimista sobre que Dinamarca aceptará ceder Groenlandia.
En su discurso inaugural, Trump proclamó el inicio de una "edad dorada" para Estados Unidos. Rodeado por su familia y figuras prominentes de la derecha radical y multimillonarios como Mark Zuckerberg y Elon Musk, Trump dejó claro que no tiene intenciones de moderarse en su segundo mandato. En un tono sombrío y vengativo, prometió atacar a una "élite corrupta y radical", mientras Joe Biden lo observaba impasible.
El presidente despidió a cuatro altos funcionarios designados por Biden y advirtió que destituiría a "más de mil adicionales". Además, ha revertido políticas contra el calentamiento global al declarar un estado de emergencia energética para aumentar la producción de hidrocarburos, a pesar de que Estados Unidos ya es el mayor productor mundial.
Finalmente, Trump indultó a más de 1.500 partidarios que asaltaron el Capitolio el 6 de enero de 2021 para evitar la certificación de la victoria electoral de Biden.