En una operación coordinada, el FBI y varias agencias federales de Estados Unidos interceptaron cerca de Cabo Rojo, Puerto Rico, una embarcación proveniente de Venezuela que transportaba 524 kilos de cocaína, el equivalente a más de media tonelada de droga, evitando que el cargamento llegara al territorio continental estadounidense.
El operativo, realizado durante la madrugada, culminó con el arresto de tres personas y la incautación de un rifle de asalto.
Según informaron las autoridades del FBI en San Juan, la acción fue posible gracias a la colaboración entre la Policía de Puerto Rico, la DEA, Aduanas y Protección Fronteriza y la División de Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI). El uso de inteligencia en tiempo real y la coordinación interinstitucional fueron clave para el éxito del despliegue.
Hasta el momento, no se han revelado detalles sobre la identidad de los detenidos ni el destino final del alijo. Sin embargo, el FBI calificó la incautación como un paso importante en la lucha contra el narcotráfico en la región, donde las rutas marítimas entre Venezuela y el Caribe continúan siendo utilizadas por organizaciones criminales para traficar drogas a gran escala.
La incautación pone nuevamente en evidencia la facilidad con la que grandes cargamentos de droga logran salir de Venezuela, atravesar controles y llegar a aguas internacionales, mientras el país enfrenta crecientes cuestionamientos sobre el papel de sus autoridades en el combate al narcotráfico.
Las autoridades estadounidenses reiteraron su compromiso de continuar trabajando en conjunto para frenar el tráfico de drogas en el Caribe y proteger la seguridad nacional.