El Parlamento de la región belga de Valonia, la mitad francófona al sur del país, votó este viernes en contra del acuerdo de libre comercio negociado entre la Unión Europea (UE) y Canadá, conocido como CETA, lo que hace peligrar su ratificación.
Los diputados valones aprobaron, tras cerca de dos horas de debate, una moción por la que piden al Gobierno de la región que no delegue sus poderes al federal para firmar el tratado, cuyo texto está ya cerrado, indicó la agencia Belga.
La moción fue aprobada con 46 votos a favor (del Partido Socialista francófono, los democristianos del CDH, los verdes de Ecolo y el partido de extrema izquierda PTB), 16 en contra (de los liberales del MR) y una abstención (de un diputado independiente).
El miércoles, el Parlamento de la Federación Valonia-Bruselas ya había aprobado una resolución en el mismo sentido.
El portavoz de la Comisión Europea (CE) Alexander Winterstein indicó en la rueda de prensa diaria de la institución que "seguimos los debates en los Estados miembros", y añadió de cara al Consejo de Ministros de Comercio de la UE del próximo martes en el que se esperaba el respaldo al la firma del CETA que "los trabajos están en curso".
El ministro presidente de la región de Valonia -que representa a una población de unos 3.563.000 habitantes-, Paul Magnette, aseguró poco antes del voto que no daría "plenos poderes al Gobierno federal para que Bélgica respalde la firma del CETA el 18 de octubre".
Al mismo tiempo, precisó que no rechaza de manera definitiva ese tratado comercial sino que considera que "la declaración interpretativa -adjuntada al CETA la pasada semana- no ofrece suficientes garantías" y que "no tiene el mismo valor jurídico que el tratado".
Por ello, Magnette abogó por "sentarnos a la tabla y discutir" de cara a "reformular" la declaración.
El CETA ha suscitado el rechazo de parte de la sociedad civil europea y canadiense por, entre otros puntos, incluir un sistema de tribunales al margen de la justicia de cada país para abordar posibles conflictos entre estados e inversores.
Hoy se concentraron fundamentalmente agricultores -cuyo sector temen que se vea afectado negativamente por el tratado- a las puertas del Parlamento valón en Namur para intentar presionar hasta el último momento a los diputados, a fin de que vetaran el CETA.
La comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, había apuntado al próximo 27 de octubre, para cuando se espera la celebración de una cumbre UE-Canadá, como fecha para poder firmar el acuerdo.
Fuentes comunitarias indicaron a Efe que, desde un punto de vista "técnico", los ministros podrán adoptar las decisiones previstas para su Consejo del martes (sobre la conclusión, firma y aplicación provisional del tratado) por mayoría cualificada.
En cambio, precisaron que las decisiones de firma y conclusión "en la práctica requieren un acuerdo común, ya que todos los estados miembros deberán firmar y ratificar el acuerdo".
Si el pacto superara la prueba de la firma, es "costumbre y no un requisito legal" esperar a su aprobación por parte del Parlamento Europeo para que entre en vigor de manera provisional.
Para su entrada en vigor definitiva sí es necesario legalmente el respaldo de la Eurocámara y de los Parlamentos nacionales de todos los Estados miembros, dado que se trata de un acuerdo "mixto" que requiere el visto bueno a nivel nacional.
Con información de EFE