Si Donald Trump pierde las elecciones el mes que viene, regresará a un edificio que es 11 veces más grande que la Casa Blanca. Si gana, cualquiera que se pregunte cómo podría gobernar Estados Unidos no tiene que mirar más allá del dominio en el que ya es rey.
Trump Tower en la Quinta Avenida es donde Trump hizo su marca en Nueva York, filmó su programa de telerrealidad, trabaja en un escritorio rodeado de imágenes de sí mismo y vive en un penthouse triplex de mármol. Es donde lanzó su campaña presidencial y a donde se refugió luego de que se filtraron sus alardes sobre la manera en la que se conduce con las mujeres.
El brillante rascacielos, que tiene 10 pisos menos de los 68 que Trump afirma, es un monumento al estilo exagerado del candidato republicano a la presidencia.
Su firma gestiona la torre en la que han vivido gánsteres, jugadores, celebridades y multimillonarios. Un directorio armado por Bloomberg News revisando cientos de registros y realizando más de dos docenas de entrevistas ofrece un mapa sobre la Trump Tower.
Michael Jackson, Johnny Carson y Liberace vivieron en el edificio. El co-desarrollador de Trump SoHo, Felix Sater, trabajó en el piso 24 después de ir a la cárcel una década antes por apuñalar a un hombre en la cara con un vaso de margarita roto.
Joseph Weichselbaum, cuya compañía de helicópteros transportó a algunos clientes de altos vuelos a los casinos Trump, vivió en el edificio tras cumplir una condena por tráfico de cocaína. Paul Manafort, quien renunció como presidente de la campaña de Trump debido a la controversia sobre sus servicios al depuesto presidente de Ucrania, es propietario de un apartamento en el piso 43.
El edificio es el centro del universo del multimillonario. Dentro de su fachada zigzagueante hay condominios encima de oficinas y un centro comercial, como si todo lo que podría desear estuviera bajo el mismo techo. Hay un Trump Grill, una cafetería Trump y un bar Trump.
Un portero de librea recibe a los turistas que entran a un vestíbulo con tanto mármol italiano de color rosa que se tuvo que demoler una montaña para obtenerlo, dijo su primera esposa, Ivana, a GQ en 1984, un año después de que el edificio fuera inaugurado. En el otro extremo está una cascada de 18 metros.
Los residentes, que también incluyen abogados y hombres de negocios de la Quinta Avenida, tienen su propia entrada lateral y usan ascensores en los que hombres vestidos de frac presionan los botones por ellos.
Algunos de los habitantes de la torre son de países de los que Trump se ha burlado como candidato. El empresario mexicano Carlos Peralta vendió su apartamento en 2013 por 14.3 millones de dólares. El multimillonario mexicano Juan Beckmann Vidal, jefe de la familia que controla José Cuervo, posee tres unidades.
Chuck Blazer, que vivió y trabajó en la Torre Trump, es un exfuncionario de la ex Concacaf que se declaró culpable de extorsión y fraude electrónico en 2013. Blazer dirigió la confederación de Norte, Centroamérica y el Caribe de futbol desde el piso 17.
Otro exfuncionario del futbol, José María Marín, vive en la Trump Tower bajo arresto domiciliario después de declararse no culpable el año pasado de cargos de soborno derivados de la misma investigación.
Steven Hoffenberg, que trabajaba en una suite del piso 15, recuerda la tolerancia de su propietario. Trump alquiló el espacio en 1993 al ejecutivo de cobro de deudas meses después de que fuera demandado por la Comisión de Bolsa y Valores de Estados Unidos (SEC, por sus siglas en inglés) por el que entonces fue uno de los esquemas Ponzi más grandes de la historia.
"Es muy objetivo," dijo Hoffenberg, que fue acusado, fue a prisión por 18 años y fue liberado en 2013. "El alquiler de espacio no tiene nada que ver con el color, la raza o las acusaciones; tiene que ver con si puedes pagar el alquiler".
El vendedor de arte Helly Nahmad compró todas las unidades en el piso 51 por más de 18.4 millones de dólares. En 2014 estuvo en la cárcel por unos cinco meses por encabezar una red de apuestas de alto nivel. Los fiscales dijeron que su vecino de la Trump Tower Vadim Trincher dirigía una red para oligarcas rusos desde su apartamento de 5 millones de dolares. Trincher, cuya esposa aún vive en el edificio, fue condenado a cinco años en 2014.
Trump vendió otro apartamento a la empresa panameña Lasa Trade and Finance, una empresa ficticia del exdictador haitiano Jean-Claude Duvalier, "Baby Doc", según una demanda presentada en 1986 en Estados Unidos por el gobierno de su país.
El condominio fue comprado por alrededor de 1.6 millones de dólares a través del decorador de la familia, según la demanda.
Trump ha dicho que viajó para encontrar compradores y se jactó de que el edificio no tiene una junta directiva que analice a los posibles ocupantes. Los extranjeros ricos no tienen que preocuparse por "el escrutinio de un grupo de desconocidos indiscretos", escribió en su libro “The Art of the Deal”.
"Estoy muy orgulloso de la Trump Tower", señaló el magnate en un correo electrónico sin responder a las preguntas sobre el edificio. "Ha sido tanto un éxito financiero como estético desde el primer día".
Con información de: El Financiero