El desafío lanzado por el exsecretario general del Partido Socialista español, Pedro Sánchez, quien intentará recuperar el liderazgo del PSOE, ha agudizado la división en esta fuerza política ante la celebración de su próximo congreso.
Esta asamblea nacional tiene que ser convocada por la comisión gestora que hoy dirige el PSOE desde la dimisión de Sánchez y su comisión ejecutiva el pasado 1 de octubre.
El último líder socialista renunció el sábado a su acta de diputado para no votar en el Parlamento durante la investidura del conservador Mariano Rajoy como presidente del Gobierno.
Sánchez ha puesto hoy en marcha en su web una campaña de inscripciones para "recuperar y reconstruir" el PSOE, según anunció él mismo en su cuenta de Twitter.
La página "sanchezcastejon.es" se ha diseñado para anunciar esta campaña de inscripciones, en la que Sánchez pregunta a sus visitantes, y a los ciudadanos en general, si le acompañan en la tarea. "Yo no fallaré a la cita y sé que tú tampoco", escribe.
El sábado por la noche, Mariano Rajoy necesitó la abstención de diez diputados socialistas para seguir al frente del Ejecutivo y evitar unas terceras elecciones en España.
Sánchez no quiso abstenerse por mantener sus principios, según dijo, y tampoco votar en contra para no desobedecer el mandato de la gestora, que pidió la abstención a todo el grupo parlamentario socialista.
En todo caso, emplazó públicamente a la propia gestora a que ponga de inmediato "fecha, hora y lugar" al congreso extraordinario, lo que ha irritado al sector ahora oficialista, que acusa al exlíder del PSOE de pretender agrandar la fractura que hay en la organización.
Sánchez considera que, una vez formado Gobierno, ya no hay excusa para que la dirección provisional del partido dilate los plazos para esta convocatoria.
Sin embargo, la gestora pretende programar el congreso antes de la próxima primavera, aun a costa de que esta postura tense la división en el seno del Partido Socialista, primero en la oposición.
"No se puede hacer deprisa y corriendo porque alguien quiera. El partido se tiene que calmar antes. Tenemos que abordar con tranquilidad los contenidos y las formas para que el congreso se haga con garantías", argumentó a EFE un miembro de la dirección interina.
El último congreso ordinario del PSOE se convocó a finales del pasado enero pero en abril, con el consenso de todo el partido, se aplazó hasta que se resolviera la crisis institucional, que ha mantenido a un Gobierno en funciones durante más de diez meses.
Los "sanchistas" creen que es el momento de convocar un congreso extraordinario, y no ordinario, como pretende la actual dirección.
Ambos van precedidos de elecciones primarias, pero la diferencia es que el extraordinario se convoca con menos antelación -como mínimo 40 días, en vez de 60- y sólo elige al secretario general, sin aprobar el programa del partido para los próximos años.
Un veterano dirigente del PSOE se pregunta: "¿Vamos a hacer el congreso cuando lo diga él (Sánchez)? No y, además, no va a ser pronto. No hemos hecho todo esto para acabar donde estábamos", significando que la dimisión del exlíder no puede concluir eligiéndole de nuevo secretario general.
Los contrarios a su vuelta admiten que, si se celebrasen ahora las primarias, volvería a ganar, por lo que ven preciso estirar los plazos para rebajar el ímpetu con el que Sánchez pretende volver a hacer campaña entre las bases a partir del lunes.
Similar diagnóstico hacen los afines al ex secretario general al considerar que si el congreso fuese en breve, "ganaría Pedro, porque la militancia está encendida" tras la abstención a Mariano Rajoy.
Por ello presionarán a la gestora con la advertencia de que "si busca una triquiñuela para retrasarlo, puede romper el partido", comenta uno de los cargos más próximos al exlíder del PSOE.
El paso dado por Sánchez de renunciar a su escaño y concurrir a las primarias hace difícil que algunos de sus fieles puedan entrar en la carrera.
Sin otros rivales a la vista, todas las miradas siguen apuntando a la presidenta de Andalucía, Susana Díaz, que prolonga la incógnita de si se batirá en duelo con Sánchez.
En su entorno insisten en que ahora no es momento de hablar de nombres porque el PSOE, antes de convocar el congreso, tiene que cimentar su proyecto político.
Con información de: EFE