Cientos de manifestantes bloquearon este viernes algunas de las principales vías de Sao Paulo, la mayor ciudad de Brasil, en el primer acto de las jornadas de protesta convocadas para este viernes contra el ajuste fiscal impulsado por el presidente brasileño, Michel Temer.
Además de avenidas de Sao Paulo como la Joao Dias, los manifestantes bloquearon con neumáticos en llamas carreteras como la Vía Dutra, que comunica Sao Paulo con Río de Janeiro, y la Vía Anchieta, principal vía entre la ciudad y el litoral.
La jornada nacional contra la medida con la que el Gobierno pretende restringir los gastos públicos por los próximos veinte años fue convocada por organizaciones sociales como el Movimiento de los Sin Tierra (MST), sindicatos como la Central Unitaria de los Trabajadores (CUT) y grupos estudiantiles.
Además de los bloqueos de vías, están previstas multitudinarias manifestaciones en la tarde en ciudades de al menos 19 de los 27 estados de Brasil.
"Los trabajadores y los movimientos sociales estarán juntos otra vez en las calles para que nuestras conquistas no sean enterradas por un gobierno golpista e ilegítimo", afirma la CUT en su convocatoria y al dejar clara su total oposición a Temer, que sustituyó en agosto a la destituida presidenta Dilma Rousseff tras un juicio político hasta ahora cuestionado por los sindicalistas.
De acuerdo con la mayor central sindical del país, además de las manifestaciones, los sindicalistas realizarán asambleas en sus lugares de trabajo, retrasarán la entrada al trabajo y promoverán paralizaciones parciales.
En algunas ciudades también se prevén paralizaciones de los conductores de autobuses, profesores y empleados de los bancos.
La paralización del transporte público se sintió desde primera hora de este viernes en Salvador, capital del estado de Bahía; Recife, capital de Pernambuco, y Natal, capital de Río Grande do Norte, todas en el nordeste brasileño.
La manifestación es principalmente contra la principal medida del ajuste fiscal impulsado por Temer, que limita el aumento de los gastos públicos durante los próximos 20 años a la tasa de inflación del año anterior.
La propuesta de enmienda constitucional ya fue aprobada por la Cámara de Diputados y el Senado planea votarla en las próximas semanas.
La medida es la base del proyecto de Temer para sanear las cuentas públicas del país y hacer frente al histórico déficit fiscal con que Brasil terminará este año, así como a la deuda pública récord, que ya equivale a más del 71 % del Producto Interno Bruto, PIB.
Brasil registrará este año su tercer déficit fiscal consecutivo, tras los saldos negativos de 9.848,5 millones de dólares en el año 2014 y de 33.636,4 millones de dólares en 2015.
La proyección del Gobierno es que este año el desfase fiscal llegue a 51.666,7 millones de dólares.
Pero sindicalistas y organizaciones sociales consideran que la limitación terminará congelando las inversiones del Estado en sectores prioritarios como salud y educación.
"Llegó la hora de gritar no contra esa medida que congelará por 20 años las inversiones en servicios públicos esenciales para la población, especialmente en las áreas de salud y educación", asegura la CUT.
Con información de EFE