La candidatura de Los Angeles, que aspira a organizar los Juegos Olímpicos de verano de 2024 en dura pugna con las ciudades de París y Budapest, empezó a temblar el mismo día que el pueblo estadounidense eligió a Donald Trump como futuro presidente del país.
Los Angeles, como Nueva York, es otra cosa; una parte del país mucho más abierta y acogedora que la América profunda. Este mismo jueves, Richard Pound, miembro del CIO que se distingue de sus correligionarios de aquel organismo por su fluidez verbal, no tuvo reparos en admitir que la designación del magnáte como futuro inquilino de la Casa Blanca -hasta enero no tomará posesión oficial del cargo- tendrá algún tipo de efecto sobre Los Angeles 2024. ¿Positivo?. ¿negativo? Eso es lo que falta por determinar. El impacto será en función de las medidas que adopte el iracundo magnate, una fuente inagotable de sorpresas, casi siempre desagradables.
El canadiense Dick Pound, ex vicepresidente del Comité Olímpico Internacional (CIO), añadió: "Esa designación podría tener un impacto, pero ahora mismo es difícil de estimar," dijo a la agencia AFP, pocos días antes de de que vea la luz pública la segunda parte del temido informe McLaren sobre el dopaje en Rusia.
Muchos observadores del movimiento olímpico han considerado que la elección de Donald Trump a la Casa Blanca ha supuesto un duro revés a la candidatura angelina debido a sus polémicas declaraciones sobre la islamofobia, con un claro transformo de racismo y de sexismo, como ya quedó patente durante la campaña electoral.
"En palabras de uno de mis colegas, Trump insultó a todos, por lo que no estoy muy seguro de que esto tenga a estas alturas demasiado impacto", dijo Pound, uno de los 98 miembros del CIO que votarán para elegir a la futura sede de los Juegos Olímpicos.
Con información de Sport