La cumbre del Pacto por el Derecho a Decidir convocada por el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, para el próximo 23 de diciembre para tratar la viabilidad del referéndum por la independencia, va camino de ser la nueva arma política arrojadiza entre los asistentes y los que no vayan a la reunión. El primer asalto lo protagonizaron ayer los representantes de Catalunya Sí que es Pot(CSQP) -la coalición de partidos del Parlamento en la que se integra Podemos- y Ciudadanos (C’s).
El presidente del grupo parlamentario de CSQP, Lluís Rabell, afirmó que tiene intención de acudir a la cumbre, aunque está a la espera de la convocatoria formal por parte de Puigdemont para saber qué asuntos se tratarán. En declaraciones en TV3, Rabell lamentó haberse enterado por los medios de comunicación de esta reunión y remarcó que "parece que sea una moneda de cambio para el apoyo de la CUP a unos Presupuestos muy poco sociales". En el mismo sentido, el secretario general de CCOO de Cataluña, Joan Carles Gallego, también expresó su "voluntad de participar" en la cumbre, aunque avisó: "No nos gustaría que se nos convocara a un encuentro de palmeros" o para "bendecir" lo que diga el Govern. Por eso, Gallego aseguró que "tenemos voluntad de participar en lo que permita acompañar un proceso de negociación con el Estado. Estamos ante un conflicto político y la solución debe ser política".