El ex presidente Barack Obama tomó una decisión para la historia antes de despedirse de la Casa Blanca: derogó la política de “pies secos, pies mojados”, la medida presidencial con la cual los cubanos podían entrar ilegalmente a los Estados Unidos.
Félix R. Gutiérrez Rodríguez / El Político
La acción fue notificada por el gobierno estadounidense en un comunicado publicado este jueves y sorprendió a todos porque el propio Obama había asegurado que las medidas migratorias no eran tema de discusión en el proceso de acercamiento que iniciaron Cuba y Estados Unidos a finales de 2014.
La política de “pies secos, pies mojados” fue establecida durante el gobierno del ex presidente Bill Clinton en 1995. El año anterior, una ola de inmigrantes cubanos llegó a las costas del estado Florida como consecuencia de la grave crisis económica que se vivía en la nación comandada por el ex presidente Fidel Castro.
Cero privilegios
La nueva movida de Obama cambió los planes de los viajeros provenientes de la isla caribeña. “Vamos a tratar a los inmigrantes de Cuba igual que a los de otros países”, indica la carta emitida desde Washington.
Ahora todo cubano que quiera entrar por cualquier vía a Estados Unidos deberá tener una visa válida. Para eso, su embajada en La Habana seguirá otorgando 20.000 visas de migrantes al año, como han acordado mantener ambos gobiernos durante el restablecimiento de sus relaciones diplomáticas.
Este jueves también se anunció el fin del “Programa para Profesionales Médicos Cubanos”, que concedía permisos para permanecer en Estados Unidos a los profesionales isleños que preferían prestar sus servicios allí sobre otros países. La medida de Obama revoca el “tratamiento preferencial” que recibían desde 2006, cuando el ex presidente George W. Bush creó el sistema.
El Estado cubano considera este programa como "una virtual operación internacional de robo de cerebros promovida por el gobierno de los Estados Unidos desde 2006 y un atentado contra las misiones médicas humanitarias y solidarias de Cuba en países del Tercer Mundo".
Washington explicó en su comunicado cómo será el proceso nuevo: “El personal médico cubano será ahora elegible para solicitar asilo en las embajadas y consulados de Estados Unidos en todo el mundo según los procedimientos aplicables a todos los extranjeros”.
Cuba cede
Las reacciones en la otra orilla fueron inmediatas. Un comunicado del gobierno cubano transmitido en televisión nacional este jueves señaló que el privilegio concedido por la nación norteamericana "constituía hasta ahora un estímulo a la emigración irregular, al tráfico de emigrantes y a las entradas irregulares a los Estados Unidos”.
Sin embargo, con la medida, Cuba también tendrá que hacer concesiones: a partir de este jueves empezará a recibir a los casi 2.800 cubanos con órdenes de deportación en Estados Unidos, acción a la que se negó el gobierno de los Castro hasta ahora.
La Fundación Nacional Cubano Americana aseguró que el éxodo significó siempre una "válvula de escape” para el régimen castrista. “Huir no es ni nunca será la respuesta”, sentenció en un comunicado.
El gobierno cubano también tendrá que recibir a los viajeros que sean interceptados en el mar.
Inmigración en alza
Estados Unidos recibió en 2015 casi el doble de cubanos que entraron en 2014. La cifra pasó de 24.278 a 43.159, según los estudios de Pew Research. Para 2016, el número llegó a 56.406.
Algunos especialistas señalan que el aumento de inmigrantes de la isla se debió al miedo de que una medida como la anunciada por Obama llegara pronto.
Los cubanos que pisaban suelo estadounidense eran incluidos en programas de
apoyos gubernamental, con los cuales podían recibir hasta 8.500 dólares en sus primeros meses de estadía.
Una investigación del diario Sun Sentinel reveló en 2015 que la ayuda estadounidense a estos inmigrantes alcanzó los 680 millones de dólares ese año.
Trump calla
La gracia de Obama parece haber dejado sin palabras al presidente electo Donald Trump. El magnate no ha aparecido in en Twitter para referirse a la derogatoria de la política de “pies mojados, pies secos”. Sin embargo, los estadounidenses esperan por la postura de quien en su campaña prometió poner “mano dura” a la inmigración ilegal.