El transporte público en la ciudad de Natal, en el noreste de Brasil, continuó hoy paralizado por la ola de ataques registradas en los últimos días, mientras el Ejército continúa patrullando las calles, informaron fuentes sindicales.
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El servicio en autobuses de Natal, capital de Río Grande do Norte, ha sido paralizado total o parcialmente desde el miércoles, cuando se registraron los primeros actos de vandalismo contra colectivos, los cuales coinciden con una guerra abierta entre facciones en el interior de los presidios.
El Sindicato de Trabajadores de Carreteras de Río Grande do Norte (Sintro) advirtió que los autobuses continuarán en los garajes hasta que sean garantizadas las condiciones de seguridad, a pesar de que en las últimas 24 horas no se han registrado ataques en la región metropolitana de Natal, según recoge el diario local Tribuna do Norte.
Los militares de las Fuerzas Armadas llegaron el viernes al estado para reforzar la seguridad en las calles, en medio de una ola de violencia que se ha saldado con una veintena de autobuses incendiados, varios coches y comisarías de policía depredadas.
Las autoridades del estado confirmaron que los ataques tienen relación con los enfrentamientos entre facciones rivales, las cuales luchan por el control dentro de los presidios y extienden sus tentáculos fuera de las cárceles.
En Alcaçuz, la mayor prisión de Río Grande do Norte, 26 personas murieron el sábado de la semana pasada, aunque el número podría ser todavía mayor debido a que los presos han continuado las reyertas después de la matanza.
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La Policía Militar entró el sábado en el presidio y levantó una barrera de contenedores para separar a los reclusos, quienes campaban libremente por las áreas comunes debido a que muchas de las celdas no tenían puertas tras un motín registrado en 2015.
Con información de EFE