Algunos países están abiertos a la homosexualidad, a la convivencia y relación entre personas del mismo sexo, así como al matrimonio igualitario. Sin embargo, en muchos lugares sigue el rechazo y maltrato hacia las personas homosexuales hasta llegar al punto de quitarles la vida como es el caso de Brasil.
La homofobia se cobró en Brasil cerca de 350 víctimas el pasado año entre el colectivo homosexual, bisexual, travesti y transexual (LGBT), lo que supone un asesinato cada 25 horas, según el informe de una organización civil divulgado hoy.
El recuento del Grupo Gay de Bahía (GGB) cifró el número de muertos en 343 durante el pasado año y denunció que la situación tiende a empeorar en 2017 porque solo en los primeros 22 días de enero fueron documentados 23 asesinatos, más de uno diario.
Según GGB, que contabiliza las víctimas LGBT en Brasil desde hace cuatro décadas, en 2016 se registró una media de 1,69 homicidios por cada millón de habitantes, aunque el número se duplicó en el norte del país, con 3,02 por cada millón.
LEA TAMBIÉN: Presidenta de Chile apuesta por el matrimonio igualitario
El estado con mayor número de víctimas fue Sao Paulo, el más poblado de Brasil, con 49 asesinatos, seguido de Bahía (32), Río de Janeiro (30) y Amazonas (28).
La mitad de las víctimas eran gays, el 42 por ciento travestis y transexuales y el 3 por ciento lesbianas, según el informe, que incluye también un 4 por ciento de heterosexuales muertos en circunstancias relacionadas con el colectivo LGBT.
El 64 por ciento de los fallecidos eran de raza blanca y el 36 por ciento negros, de acuerdo con la organización, que alertó contra la llamada "homofobia institucional", dado que solo el 10 por ciento de los casos derivó en la apertura de un proceso judicial.
"No queremos privilegios, queremos derechos iguales, ni más ni menos. Hoy (…) la homofobia depende de la voluntad del comisario o del juez", reclamó Luiz Mott, portavoz de GGB.
LEA TAMBIÉN: Uruguay, refugio para la diversidad
La mayoría de los crímenes fueron cometidos con armas de fuego (33 por ciento), seguidos de armas blancas, o agresiones como estrangulamiento e incluso torturas, como ocurrió recientemente con Itaberli Lozano, un adolescente homosexual asesinado por su madre a puñaladas con la colaboración de su padre, que quiso quemar el cuerpo para no dejar pistas.
La violencia homofóbica afecta a todas las clases sociales y todas las edades, según el informe, que documenta la violación y asesinato de un niño de 10 años, de una adolescente transexual de 14 y la muerte a golpes de un anciano de 71, entre otros casos.
La organización denunció también que la impunidad de la que gozan los agresores estimula la violencia, porque solo 60 homicidas fueron identificados, apenas el 17 por ciento de los casos, y menos de un 10 por ciento de los procesos terminaron en condenas.
GGB, que basa sus informes en denuncias y noticias publicadas en los medios locales, insistió en reclamar registros oficiales sobre la violencia en el colectivo LGBT y alertó de que las cifras reales de víctimas pueden ser aún más altas.
Con información de EFE