Aunque el sector más joven del PP ha intentado que Mariano Rajoy dé un paso al frente para legislar sobre la maternidad subrogada (los conocidos vientres del alquiler) y la custodia compartida de los hijos en caso de divorcio, el presidente ha preferido depositar ese debate tan sensible en el congreso de mediados de febrero, con la intención de que, si es aprobado, entre en el discurso oficial a través de las enmiendas que se presenten y no de una propuesta del Gobierno.
Al igual que con el aborto, materia en la que el PP prometió abolir la ley de plazos de Zapatero y luego renunció a hacerlo, la ponencia social que ha elaborado el vicesecretario Javier Maroto ha optado por no fijar posición, siguiendo los dictados de Rajoy.
Aplazar la polémica
Fuentes del PP aseguran que el jefe del Ejecutivo sabe que gran parte del partido quiere «que se lleve la iniciativa en temas sociales porque al final hemos tenido que estar a rebufo de asuntos demandados en la sociedad que en su momento no hemos visto a tiempo».
El PP tan solo aplaza esta polémica hasta el próximo 10 de febrero, ya que la división interna sobre, por ejemplo, la gestación subrogada es cada vez mayor. Un sector del PP, en el que se incluyen barones autonómicos como Cristina Cifuentes, a la que se ha sumado recientemente Esperanza Aguirre, están a favor de que se regule en España esta práctica a la que acuden muchos españoles para tener hijos viajando a países donde sí se permite, como en algunos estados norteamericanos. Contra esta opción, también existe un ala del partido, inscrita en el PP de Madrid, que encabeza el exsenador y exconsejero madrileñoLuis Peral, que demanda que no se legisle al respecto. Las enmiendas contra este tipo de gestación se multiplican, por lo que la controversia está servida en el cónclave popular.
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