Que es un extremista de izquierda, que tiene conexiones con la guerrilla y sectores vinculados al terrorismo en Medio Oriente, lo mismo que con organizaciones ligadas al narcotráfico. Que lo investigan la DEA y el FBI. De todo se dice. Pero Nicolás Maduro lo ha puesto en el despacho de la vicepresidencia del país y lo ha encumbrado como el súper policía de la revolución. Y él, por su parte, responde a cualquier acusación: que muestren las pruebas.
Por Odell López Escote/Vértice
De Tareck Zaidan El Aissami Maddah se dicen muchas cosas pero la mayoría coinciden en dos puntos: la droga y el terrorismo. El nuevo vicepresidente de Nicolás Maduro ha sido señalado por organismos internacionales de presuntamente colaborar con el narcotráfico y con Hezbolá. Por otro lado él mismo se ha denominado como el verdugo de 70 narcotraficantes que ha puesto en la cárcel. Pruebas fehacientes de ambas afirmaciones todavía no hay.
El nombre y el aspecto físico del dirigente chavista hacen suponer que sus orígenes no son venezolanos. Efectivamente es hijo de sirios-libaneses que llegaron a Venezuela en búsqueda de una vida mejor.
En su casa la militancia política corre por las venas, pues su padre, Carlos El Aissami, fue jefe de la sección de Venezuela del partido Baath de Irak, una coalición pro Sadam Husseim. Shibli El Aissami, tío de Tareck, fue funcionario del régimen del fallecido presidente de Irak.
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Desde el 12 de noviembre de 1974, el ahora vicepresidente de Venezuela vio la luz del mundo en su natal Mérida, a 660 kilómetros de Caracas, donde hizo parte de una vida juvenil austera, humilde. Luego se mudó a Cagua, en el estado Aragua al centro del país, donde recibió formación militar en la Escuela Básica de la Fuerza Armada Nacional.
Con tan solo una búsqueda en Google el nombre Ghazi Nasr al-Dine aparecerá sin mucho esfuerzo: se trata de un libanés-venezolano solicitado por el FBI e íntimamente ligado a Hezbolá y a El Aissami, según fuentes de inteligencia de EEUU.
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La DEA también tiene los ojos sobre al-Dine y El Aissami por su supuesta colaboración con el tráfico de drogas del Cartel de los Soles, una organización delictiva que, según algunos informantes de la DEA, estaría liderada por oficiales e importantes figuras del chavismo.
Además, la oficina de seguridad estadounidense aseguró que al-Dine inauguró un centro comunitario y una oficina en Venezuela con fondos de Hezbolá.
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