El flamante presidente de Estados Unidos, Donald Trump, llegó a la Casa Blanca con los niveles más bajos de aprobación popular en los últimos 40 años. El polémico mandatario lleva cuatro días en el cargo y el pasado lunes, 23 de enero, recibió la primera medición sobre el desempeño de su trabajo.
De acuerdo con el sitio especializado FiveThirtyEight, 45% de la población estadounidense aprueba su gestión, mientras que otro 45% considera que su trabajo no es bueno. Según el portal, aunque los niveles de aprobación de Trump han mejorado respecto a la métrica anterior, la evaluación de su first job approval es la más desfavorable de la que se tenga registro; o sea, desde la administración del expresidente Harry Truman, en 1945.
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— @elpoliticonews (@elpoliticonews) 25 de enero de 2017
Para poner en contexto: todos los presidentes estadounidenses antes de Donald Trump comenzaron su primer término con una aprobación por parte de la mayoría del país; en promedio, los mandatarios de Estados Unidos contaron con un 66% de recepción positiva en su primera evaluación, 21 puntos porcentuales más que el empresario neoyorkino.
¿Y por qué anda tan amargado?
A sus bajos niveles de popularidad se pueden sumar las filtraciones que han realizado miembros de su equipo a los medios de comunicación. El pasado domingo 22 de enero, un miembro del círculo cercano de Donald Trump declaró al portal Politico.com que sus colaboradores tienen que controlar la información que pueda irritar al magnate multimillonario, una tarea por demás complicada dado que el mandatario estadounidense “se aburre y le gusta mirar la televisión”.
Ese mismo día, de acuerdo con New York Magazine, un grupo cercano a Trump declaró para The New York Times que el comportamiento del nuevo presidente de Estados Unidos es comparable con el de un adolescente enojado. “Mr. Trump se molestó bastante el día de su inauguración presidencial después de leer una serie de tuits que señalaban que el tamaño de la audiencia durante su ceremonia no se podía comparar en cantidad con la que tuvo el expresidente Obama en 2009”.
De acuerdo con la publicación, la falta de disciplina del mandatario estadounidense conflictuó a algunos miembros del equipo de Trump, quienes le recomendaron no externar su resentimiento frente a lo que considera una cobertura injusta por parte de los medios de comunicación.
Las filtraciones continuaron el lunes 23 de enero. Las declaraciones de colaboradores de Trump ahora aparecieron en el periódico estadounidense The Washington Post. El relato indica que el pasado sábado 21 de enero, el presidente Donald Trump prendió la tele sólo para encontrarse con las numerosas protestas alrededor del mundo contra su administración. ¿Cuál fue la reacción del magnate? Mandar a su vocero, Sean Spicer, a contestar de manera pública y “contundente”.
Trump cumplió con su encomienda, o al menos eso trató. Spicer salió a decir que la inauguración presidencial del magnate fue la que reunió a una mayor audiencia en la historia y no aceptó preguntas por parte de los periodistas, a quienes acusó de verter “mentiras antipatrióticas”.
Tras este resbalón, según The Washington Post, Trump consideró que el discurso de su subordinado no fue lo suficientemente fuerte, criticó su pobre gusto a la hora de elegir trajes y hasta consideró recitarle su famosa frase “you’re fired”.