En la lucha contra el mal del coronavirus, "el arma más eficaz sea nuestra relación con Cristo por medio de la oración y la penitencia, las devociones y el culto sagrado": "Es esencial para nosotros, en todo momento y por encima de todo en tiempos de crisis, tener acceso a nuestras iglesias y capillas, a los sacramentos y a las devociones y oraciones públicas", exige el cardenal católico Raymond Leo Burke quien en la homilía decembrina fustigó a los cristianos que optaron por "adaptarse al mundo en vez de confiar en Dios".
El Político
Plantea el líder católico que a pandemia, y las crisis sanitaria y económica que desató tuvieron una inquietante respuesta por parte del Foro Económico Mundial, una organización globalista ha llamado a la humanidad a efectuar un «Gran Reinicio».
“Estas fuerzas plantean la ‘nueva normalidad’, que nos es dictada por su manipulación de los ciudadanos y las naciones a través de la ignorancia y el miedo”, señala
Secretum Meum Mihi tradujo un artículo de AlphaNews firmado por Anthony Gockowski en el que recoge las palabras del cardenal estadounidense Raymond Leo Burke durante la homilía que dio el pasado sábado, con motivo de la fiesta de la Virgen de Guadalupe.
En un momento cuando “necesitamos estar cerca unos de otros en el amor cristiano, las fuerzas mundanas nos aislarían y nos harían creer que estamos solos y que dependemos de las fuerzas seculares, lo que nos convertiría en esclavos de su agenda impía y asesina”, dijo Burke dijo durante la homilía del sábado pronunciada en el lugar de peregrinación de La Crosse, Wisconsin.
La amenaza marxista
“ Nuestra nación atraviesa una crisis que amenaza su futuro como libre y democrática. La propagación mundial del materialismo marxista, que ya ha traído destrucción y muerte a la vida de tantos, y que ha amenazado los cimientos de nuestra nación durante décadas, ahora parece apoderarse del poder gobernante sobre nuestra nación”, comenzó Burke.
Dependemos del partido comunista chino
“Para lograr ganancias económicas, nosotros como nación nos hemos permitido volvernos dependientes del Partido Comunista Chino, una ideología totalmente opuesta a los cimientos cristianos sobre los cuales las familias y nuestra nación permanecen seguros y prósperos”, afirmó el purpurado.
Aunque habló específicamente de Estados Unidos, dijo que “evidentemente, muchas otras naciones están atravesando una crisis similar, más alarmante”, dijo.
“Luego está el misterioso virus de Wuhan sobre cuya naturaleza y prevención los medios de comunicación nos dan a diario información contradictoria. Lo que está claro, sin embargo, es que ha sido utilizado por ciertas fuerzas, enemigas de las familias y de la libertad de las naciones, para promover su perversa agenda.
Estas fuerzas nos dicen que ahora somos sujetos del llamado ‘Gran Reinicio’, la ‘nueva normalidad’, que nos es dictada por su manipulación de los ciudadanos y las naciones a través de la ignorancia y el miedo”, señaló el cardenal.
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Falta una sólida catequesis
Dadas estas condiciones “penosas”, ahora se les pide a los estadounidenses que encuentren “la manera de comprender y dirigir” sus vidas en una “enfermedad y su prevención”, en lugar de “en Dios y en su plan para nuestra salvación”.
“La respuesta de muchos obispos y sacerdotes, y de muchos fieles, ha manifestado una lamentable falta de una sólida catequesis. Muchos en la Iglesia parecen no entender cómo Cristo continúa su obra salvadora en tiempos de plagas y otros desastres”, dijo el purpurado de 72 años.
“Lo que es más, nuestra santa madre Iglesia, la novia sin mancha de Cristo, en la que Cristo está siempre obrando por nuestra redención eterna, está acosada por informes de corrupción moral, especialmente en asuntos del sexto y séptimo mandamientos, que parecen aumentar diariamente.
En nuestra propia nación, los informes sobre Theodore McCarrick han tentado con razón a muchos católicos devotos a cuestionar a los pastores, quienes, de acuerdo con el plan de Cristo para la Iglesia, deben ser sus guías seguros al enseñar las verdades de la fe, guiándolos en la apropiada adoración a Dios y en la oración a él, y guiándolos por medio de la perenne disciplina de la Iglesia”, explicó Burke.
En cambio, los fieles con demasiada frecuencia “no reciben nada en respuesta, o una respuesta que no se basa en las verdades inmutables con respecto a la fe y la moral”.
Respuestas que no parecen de pastores sino de administradores
“Reciben respuestas que parecen provenir no de pastores sino de administradores seculares. La confusión sobre lo que verdaderamente nos enseña y exige la Iglesia de acuerdo con su enseñanza genera divisiones cada vez mayores dentro del cuerpo de Cristo. Todo esto paraliza a la Iglesia en su misión de testimoniar la verdad y el amor divinos en un momento en que el mundo nunca ha necesitado más que la Iglesia sea un faro”, manifestó el cardenal americano.
“Al encontrarse con el mundo, la Iglesia falsamente quiere acomodarse al mundo en lugar de llamar al mundo a la conversión en obediencia a la ley divina escrita en cada corazón humano y revelada en su plenitud en la encarnación redentora de Dios Hijo”, añadió.
El cardenal dijo que estos problemas “presentan un desafío formidable” para la vida cristiana y han producido “el más doloroso sufrimiento”.
“Sí, es comprensible que nuestro corazón esté apesadumbrado, pero Cristo, por intercesión de su Virgen Madre, eleva nuestro corazón al suyo, renovando nuestra confianza en Él, quien nos ha prometido la salvación eterna en la Iglesia. Él nunca será infiel a sus promesas. Nunca nos abandonará”, dijo. “No nos dejemos engañar por las fuerzas del mundo ni por falsos profetas. No abandonemos a Cristo y no busquemos nuestra salvación en lugares donde nunca se podrá encontrar”, concluyó Burke.
La propuesta del Gran Reinicio "implica que toda la economía, la sociedad e incluso la conducta individual de las personas tiene que cambiarse. Muchos han advertido una agenda oculta y denuncian los peligros como intento de experimentar con la formación de un gobierno socialista mundial.
Para el cardenal Raymond Burke, ex arzobispo de San Luis se trata de un intento de manipular a personas y naciones y lo que hay detrás de la agenda globlaista del Foro Económico Mundial es la imposición de la ideología marxista, sostiene Burke. Para ello quieren aprovechar la ignorancia y el miedo que se han hecho palpables durante la pandemia. Lo peor, añade Burke, es que esto sucede al mismo tiempo que el materialismo marxista se afianza en Estados Unidos.
"La Iglesia pretende acomodarse al mundo en vez de a la Ley de Dios"
«La propagación mundial del materialismo marxista … ahora parece apoderarse del poder de gobierno sobre nuestra nación», dijo Burke sobre Estados Unidos.
Agregó que otras naciones también están atravesando una crisis similar pues el socialismo se opone «a los cimientos cristianos sobre los cuales las familias y nuestra nación permanecen seguras y prosperan», dijo.
El COVID-19, dijo, está siendo «utilizado por ciertas fuerzas, hostiles a las familias y a la libertad de los estados, para promover su agenda malvada. Estas fuerzas nos dicen que ahora somos los sujetos del llamado ‘Gran Reinicio, ‘ el nuevo normal.’»
El líder católico dijo que estas fuerzas siniestras quieren que la gente «encuentre en una enfermedad y su prevención la manera de entender y dirigir nuestras vidas, más que en Dios y en su plan para nuestra salvación».
Burke continuó: «En un momento en el que más necesitamos estar cerca el uno del otro en el amor cristiano, las fuerzas mundanas nos aislarían y nos harían creer que estamos solos».
Sus comentarios se producen en un momento en que muchas instituciones religiosas afirman que las restricciones impuestas debido a la pandemia se utilizan para infringir las libertades religiosas.Por eso es importante la oposición que para rechazar la avanzada globalista y sortear los peligros del Gran Reinicio.
Pide abrir las Iglesias
Burke plantea que, del mismo modo que se permite el acceso a supermercados y farmacias para adquirir alimentos y medicinas, siempre respetando las normas para no contribuir a la difusión del virus, también debería permitirse el acceso a las iglesias, porque "sin la ayuda de Dios, estamos perdidos".
"A menudo, ante los grandes sufrimientos e incluso la muerte, nos preguntamos: ‘¿Dónde está Dios?’ Pero la cuestión real es: ‘¿Dónde estamos nosotros?’ Dios está dispuesto a ayudarnos y salvanos, especialmente en tiempos de grandes pruebas o de la muerte, pero con demasiada frecuencia nosotros estamos lejos de Él porque no queremos reconocer nuestra total dependencia de Él y, en consecuencia, rezarle diariamente y rendirle culto".
No podemos considerar "la actual calamidad" haciendo abstracción "de cuán distante está de Dios nuestra cultura popular", añade el purpurado norteamericano, antiguo arzobispo de San Luis (Missouri) y ex prefecto del Tribunal Supremo de la Signatura Apostólica: "No solamente [la cultura popular] es indiferente a Su presencia en medio de nosotros, sino que se rebela abiertamente contra Él y contra el orden en el que Él nos ha creado y nos sostiene en el ser".
Ideología de género y Madre Tierra
Burke cita como ejemplos los ataques "a la vida humana, hombre y mujer, a quienes Dios hizo ‘a su imagen y semejanza’, a los no nacidos, inocentes e indefensos, o a aquellos a quienes más deberíamos cuidar porque llevan la carga de enfermedades graves, una avanzada edad o necesidades especiales", así como los ataques a la "integridad de la sexualidad humana" y "los efectos devastadores sobre los individuos y las familias de la denominada ‘ideología de género'".
También cita, "incluso dentro de la Iglesia hay un paganismo que adora la naturaleza y la Tierra", pues "hay en la Iglesia quien habla de la Tierra como nuestra madre, como si viniésemos de la Tierra o la Tierra fuese nuestra salvación", cuando "venimos de las manos de Dios, creador del Cielo y de la Tierra", y "solo en Dios encontramos la salvación".
"La misma vida de fe se ha secularizado cada vez más", prosigue Burke, "y de esta forma ha comprometido el Señorío de Cristo, Hijo de Dios encarnado, rey de Cielos y Tierra. Somos testigos de muchos otros males que derivan de la idolatría, de la adoración a nosotros mismos y al mundo, en vez de adorar a Dios, fuente de todo ser".
Acto de contrición perfecta y comunión espiritual
Pero "Dios nunca nos da la espalda, Él nunca rompe Su compromiso de un amor fiel y eterno por nosotros, aunque nosotros seamos tan a menudo indiferentes, fríos e infieles". Circunstancias como las actuales deben servirnos para "volvernos a Dios e implorar Su misericordia", con la seguridad de que "nos escuchará y nos bendecirá con los dones de la misericordia, el perdón y la paz".
Nuestra cultura "totalmente secularizada" tiende a ver la oración, las devociones y el culto como cualquier otra actividad, como ir al cine o al fútbol, algo no esencial que puede suspenderse para impedir el contagio: "Pero la oración, las devociones y el culto, sobre todo la confesión y la Santa Misa, son esenciales para nuestra salud y fortaleza espirituales".
El cardenal Burke concluye su reflexión recomendando, cuando sea imposible acudir al templo y ver al sacerdote, un acto de contrición perfecta (un pesar por los pecados "que brota del amor de Dios amado sobre todas las cosas") como preparación para la comunión espiritual. Y que, "en estos tiempos de crisis, nuestros hogares reflejen la verdad de que Cristo es el huésped de todo hogar cristiano. Volvámonos a Él con la oración, especialmente con el Rosario. Y si las imágenes del Sagrado Corazón de Jesús y del Inmaculado Corazón de María todavía no han sido entronizadas en nuestra casa, ahora es el momento de hacerlo".
Con información de Newsmax.Artículo aparecido en AlphaNews y traducido por Secretum Meum Mihi. Adaptaciones de InfoVaticana.
https://infovaticana.com/, https://www.religionenlibertad.com/, https://1erinforme.com/
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