La abstención electoral es un fenómeno que se ha instalado en el mundo y en Latinoamérica, el caso de Colombia es un ejemplo: El pasaado domingo, sólo 37% de los ciudadano de ese país participó en el plebiscito sobre el proceso de paz entre el Gobierno y las FARC.
Un fenómeno que también toca a Chile, considerando que apenas 40% del electorado acudió a las urnas en la última presidencial.
Es por estoque la Presidenta Michelle Bachelet llamó a participar de las elecciones, pues "es importante su voto. Pueden haber muchas razones para sentir distancia de la política y de las elecciones, pero el 23 de octubre habrá autoridades comunales que tomarán decisiones que incidirán en su vida cotidiana".
Al respecto, expertos coinciden que la distancia entre la clase gobernante y la ciudadanía es uno de los factores de este fenómeno, pero no el único. Ernesto Águila, analista político y académico de la Universidad de Chile, afirmó a Emol que este fenómeno hay que analizarlo con detención, pues a veces depende del tema que está en discusión.
"Las tendencias que se observan a nivel internacional van en distintas direcciones. En algunas sociedades aumenta, pero en otras se alcanzan altos indices de votación. Por ejemplo, en España cuando surgieron nuevas fuerzas políticas; en Reino Unido, cuando se votó el Brexit; o la independencia en Escocia o Cataluña; las sociedades votaron masivamente", advirtió.
"Por lo tanto, yo diría que lo que tenemos es abstencionismo electoral en sociedades que tienen profundas discrepancias o desconfianza con sus élites, lo que es un fenómeno bastante extendido en América Latina y Europa. Por lo tanto, aquí es un abstencionismo que nace por el divorcio entre ciudadanía y la élite", añadió.
Águila sostiene que la abstención electoral "no es una posición apolítica ni contra la política, es una pérdida de confianza ciudadana que en algunos casos es una posición bastante lúcida frente a una élite que se desacopla de representar a la sociedad y los ciudadanía.
Para Javiera Arce, cientista política y académica de la U. Católica de Valparaíso, el hecho de los colombianos no fueran a votar se debió a que sectores conservadores se indignaron con las garantías que el Presidente Juan Manuel Santos les concedió a las FARC.
Como por ejemplo, la representación política en el Congreso. Otro factor que, reflexiona, pudo incidir es la confianza que tuvo el electorado en que la opción Sí iba a imponerse sin problemas. Es decir, una suerte de no voto, porque el triunfo está asegurado.
Mientras que en el caso de Chile, la experta sostiene que el elector se cuestiona su derecho a sufragar, debido a su real utilidad. La razón: "Se pregunta cuál es la efectividad de mi voto o mi participación en esta oferta, que además es bastante mala. Por lo tanto, me quedo en mi casa. La desafección institucional de la toma de decisiones y acuerdos gubernamentales, genera un desinterés".
"El principal responsable es la clase política, porque las decisiones que toman aparecen desconectadas de la realidad. Entonces, cuando éstas no afectan a los electorados, no hay interés.
A esto súmale los casos de escasa transparencia en la política y la corrupción", afirmó. La académica afirmó que "necesitamos un quiebre" y que por ello opciones "más rebeldes" como Gabriel Boric o Giorgio Jackson "son un poco más seductoras en el electorado, pero tampoco tanto".
Con información de El Mercurio