Robert “Bob” Menéndez ha caído en desgracia. Acusaciones por aparente extorsión y tráfico de influencias han empañado su carrera como legislador de los Estados Unidos.
El Político
Menéndez, un político cubano – estadounidense, llegó a la Cámara Alta del Congreso en enero de 2006.
Mucho antes, desde enero de 1993, el dirigente se desempeñó como integrante de la Cámara de Representantes.
En ambas ocasiones, como congresista y como senador, Robert Menéndez representó a los ciudadanos de Nueva Jersey.
La buena reputación que levantó a lo largo de 30 años como parlamentario está, sin embargo, a punto de venirse abajo.
“Bob” (apócope de Robert, en inglés) ha sido señalado de aceptar coimas para favorecer a empresarios egipcios, pero también al Gobierno de ese país.
Pese a tener la mismísima espada de Damocles sobre su cabeza, Menéndez se niega a dimitir.
En días recientes, el legislador se retiró de la Presidencia de la Comisión de Asuntos Exteriores del Senado.
Este lunes, sin embargo, rechazó la posibilidad de renunciar a su escaño como miembro de la Cámara Alta.
“Todas las personas son inocentes hasta que se demuestra su culpabilidad”, esgrimió el demócrata a la hora de justificar su decisión de permanecer en el cargo.
Como legítimo representante del Congreso de Estados Unidos, “Bob” Menéndez ha logrado consolidarse como uno de los líderes estadounidenses de mayor importancia.
Su presencia en la Comisión de Asuntos Exteriores le concedió licencia para para fomentar las buenas relaciones de Washington y capitales de otras latitudes.
Menéndez, de hecho, tuvo un destacado rol en el mantenimiento del buen clima entre Estados Unidos y Colombia, antes y después de la victoria del presidente Gustavo Petro.
En febrero del año pasado, cuando el ex mandatario Iván Duque estaba de salida y Colombia se preparaba para sus comicios presidenciales, Robert Menéndez lanzó una campaña para “revitalizar la alianza” entre el Palacio de Nariño y la Casa Blanca.
“Ya es hora de que Estados Unidos y Colombia anclen esta gran alianza estratégica en las realidades de hoy y no en los fantasmas del pasado”, clamó en aquel momento.
Las acusaciones contra Menéndez podrían echar por tierra la “gran alianza” a la que se refirió el parlamentario.
Si el demócrata es hallado culpable, se expondrían a perder su puesto en el Senado, pero también a una posible pena de hasta 20 años tras las rejas.
En caso de que “Bob” quede en prisión y fuera del juego político, Bogotá debería poner en marcha su servicio exterior, con la finalidad de tejer nuevas alianzas dentro del Congreso de Estados Unidos.