Debido a la situación que atraviesan las compañías de maíz, el gobierno de Donald Trump planteó una propuesta para incrementar la demanda de biocombustibles, pero su oferta molestó más a un sector de esos empresarios.
El Político
La Agencia de Protección Ambiental de Estados Unidos (EPA) dictaminó incrementar el número de exenciones dados a las refinerías más pequeñas a la hora de mezclar biocombustibles con gasolina. Esta decisión indignó a las compañías agrícolas de maíz y soja debido a que esa crecimiento debilita la demanda, informó reuters.com.
Debido a esta situación, el gobierno de Trump está tratando desde hace meses de conseguir una forma para fomentar la demanda de biocombustibles y complacer a los agricultores y a los electores rurales.
Mas, la nueva norma planteada -que fue publicada en un aviso de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU- fue reprobada por este sector porque basa los volúmenes de biocombustibles necesarios para su mezcla en las estimaciones del Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE), en lugar de las exenciones reales.
El director ejecutivo de la Asociación de Combustibles Renovables de Iowa (Iowa Renewable Fuels Association), Monte Shaw declaró, "Apenas 11 días después del histórico anuncio del Presidente Trump, la propuesta de la Agencia de Protección Ambiental de EEUU reniega del principio básico del acuerdo".
Shaw agregó, "En lugar de apoyar el acuerdo transparente y responsable del presidente Trump, la Agencia de Protección Ambiental de EEUU propone usar las recomendaciones secretas del Departamento de Energía de Estados Unidos que la EPA no tiene que seguir".
Cabe destacar que la industria del refino está obligada por ley a mezclar etanol y otros biocombustibles en la gasolina de la nación bajo el Estándar de Combustibles Renovables (RFS).
Como parte del Estándar de Combustibles Renovables, la Agencia de Protección Ambiental de EEUU puede dispensar a las pequeñas refinerías si demuestran que su cumplimiento ocasionan dificultades económicas desproporcionadas.
Pero la realidad es que las instalaciones propiedad de las grandes empresas petroleras Exxon Mobil y Chevron son las que han tenido recientemente las exenciones. Mientras que el sector agrícola -cuya mayoría apoyó a Donald Trump para ser presidente en el 2016- está desilusionado y frustrado por esta situación.
Además la actual guerra comercial entre Estados Unidos y China, que ya tiene más de un año, también está afectando el sector agrícola norteamericano.