Agentes penitenciarios del estado de Río de Janeiro iniciaron hoy una huelga que se prolongará al menos hasta el próximo lunes en medio de una las peores crisis de la historia carcelaria de Brasil que ha dejado más de 120 presos muertos desde que comenzó el año.
La paralización implica la suspensión de las visitas a los presos y recibir nuevos detenidos, por lo que solo se ofrecerán los servicios esenciales de alimentación, emergencia médica y el trámite de permisos de libertad, señaló el Sindicato de los Servidores del Sistema Penal de Río de Janeiro en una asamblea.
Los funcionarios exigen el pago del salario de diciembre y denuncian las malas condiciones en las que se encuentran los penales estatales y los alrededores de los mismos.
"Esperamos que el Gobierno se sensibilice con nuestra situación. Estamos sin salario y sin condiciones dignas de trabajo", afirmó el presidente del citado sindicato, Gutemberg de Oliveira.
De Oliveira puso como ejemplo la situación en la que trabajan sus colegas de la cárcel de Japeri, municipio de la región metropolitana de Río de Janeiro, donde "los agentes son asaltados y hasta revisados" por supuestos criminales en los alrededores del penal.
La huelga fue convocada este lunes en una asamblea celebrada en Bangu, un barrio de la zona oeste de la ciudad de Río de Janeiro, y se prolongará hasta por lo menos el próximo lunes, día en el que decidirán si continúan o no con el paro, que llega en medio de una profunda crisis del sistema penitenciario brasileño.
Tan solo en los primeros quince días de 2017 más de 120 presos han muerto en diferentes prisiones de los estados de Amazonas, Roraima y Río Grande do Norte en masacres protagonizadas por bandas criminales rivales, que han puesto de nuevo en evidencia las pésimas condiciones de las cárceles del país.
El último episodio se produjo en un penal de Río Grande do Norte, donde 26 personas supuestamente vinculadas a la facción Sindicato RN fueron asesinadas la madrugada del domingo en una reyerta liderada por miembros del Primer Comando de la Capital (PCC), la mayor banda criminal de Brasil.
La Policía Civil de Río de Janeiro también paralizará parcialmente sus actividades este martes desde primera hora de la mañana para denunciar también las malas condiciones en las que trabajan y el retraso en el pago de sus sueldos.
"En las comisarías las impresoras están sin tinta y en el Instituto Médico Legal (IML) las cámaras frigoríficas están rotas", demandó el presidente del Sindicato de los Policías Civiles (Sindpol) de Río de Janeiro, Francisco Chao, en la asamblea en la que decidieron ir a huelga.
Con información de: EFE
