“Nada de qué preocuparse” es lo que afirman desde China, cuando se habla del virus que hace un par de semanas empezó a aquejar al país.
El Político
Se trata de una enfermedad respiratoria, muy parecida a la neumonía, que se propaga de a poco en las regiones del norte.
En esas zonas se ha vuelto a ver a los trabajadores sanitarios que, para proteger su integridad, utilizan trajes de bioseguridad.
Las autoridades, entretanto, han ordenado la suspensión de varias actividades diarias, entre ellas las escolares.
La medida, que se ha extendido a Beijing, la capital, representa un termómetro con el que se puede medir la gravedad del nuevo brote.
Pese a lo anterior, China no aporta mayores datos. Al igual que hace cuatro años, cuando estalló la pandemia por Covid-19, el país opta por el hermetismo.
La censura ordenada por el régimen en el poder es de tal grado que los padres no pueden hablar en público sobre el contagio de sus pequeños.
Un representante contó a “The Free Press” que, si se quiere informar que algún niño requiere licencia por enfermedad, es necesario hacerlo en privado, directamente con el docente que imparte las clases.
Lo poco que se sabe sobre el nuevo virus ha sido revelado por Taiwán. Desde esa isla – reclamada por China, pero considerada independiente por sus habitantes – fue que se develó la noticia.
Fueron los medios taiwaneses los encargados de decirle al mundo que, en su gigantesco vecino, una nueva patología estaba causando estragos.
Las imágenes transmitidas por los noticiarios daban cuenta de decenas de personas aglomeradas en un hospital, a la espera de ser atendidas.
Aparte de la enfermedad, todas compartían una característica común: el barbijo que se hizo costumbre durante los días de pandemia.
Luego de tales escenas, Taiwán pidió a su gente no viajar a China, con el objetivo de evitar el riesgo de contagio.
Desde Estados Unidos, un grupo de congresistas exigió a la administración Biden asumir una medida similar.
Por ahora, la Casa Blanca no da ese paso. Todo indica que, desde la residencia presidencial, esperan por más datos, por una información que podría no llegar… A tiempo.