Al menos dos presos perdieron la vida y otros 38 huyeron hoy de dos cárceles brasileñas, en un hecho que se presentó el mismo día en que un motín en el mayor presidio del estado de Río Grande do Norte (nordeste) terminó con la muerte de por lo menos treinta reclusos, informaron hoy las autoridades.
Según el servicio estatal de noticias Agencia Brasil, el mayor número de fugitivos se presentó en la Penitenciaria Estatal de Piracuara, en la región metropolitana de Curitiba, capital de Paraná (sur), donde los presos huyeron después de la explosión en uno de los muros del centro carcelario.
En la acción, cuando los agentes penitenciarios y la Policía intervinieron para evitar la fuga, se presentó un tiroteo en el que dos reclusos murieron y otros 28 consiguieron fugarse.
La Secretaría de Seguridad Pública de Paraná indicó que en la madrugada de este domingo se presentaron tumultos para desviar la atención de los guardias y facilitar que un grupo de unos quince hombres fuertemente armados explotara uno de los muros de la cárcel.
Durante la fuga, cuatro presos hicieron rehenes a los integrantes de una familia en la vecina ciudad de Quatro Barras, pero fueron detenidos por un grupo especializado de la Policía Militarizada, que con helicópteros y patrullas realiza las labores para volver a capturar a los fugitivos.
La otra fuga masiva ocurrió en el Presidio Regional de Ibirité, en la región metropolitana de Belo Horizonte, capital de Minas Gerais (sudeste), cuando diez de los trece presos que compartían una celda serraron los barrotes y escaparon en la madrugada.
Las dos fugas fueron casi simultáneas al último de los motines que elevó casi 140 el número de presos muertos en la primera quincena del año y agrava más la crisis penitenciaria del país.
La rebelión que comenzó el sábado en la Penitenciaria Estatal de Alcaçuz, en la ciudad de Nisia Floresta, región metropolitana de Natal y considerada la mayor cárcel del estado, terminó con 27 presos muertos, según la Secretaría de Seguridad del Gobierno de Río Grande do Norte.
No obstante, el comisario policial Otacilio de Medeiros señaló a Efe que "por lo menos treinta" presos murieron en el complejo carcelario.
La crisis del sector penitenciario comenzó el primer día del año con un motín en una cárcel de Manaos, capital de Amazonas, en el que 56 presos murieron; siguió con otra rebelión en una centro de detención rural de la misma ciudad con cuatro más y continuó en Boa Vista, capital de Roraima, con al menos 33 detenidos muertos.
Otros tres cuerpos en avanzado estado de descomposición fueron encontrados en la misma cárcel de Manaus donde ocurrió la primera matanza; cuatro más murieron en otro presidio de esa ciudad y dos reclusos perdieron la vida a comienzos de año en una rebelión en una cárcel de Paraiba (nordeste).
Con información de: EFE