La embajada de Venezuela en Rusia recurre a trabajadores y empresas falsas para crear gastos inexistentes y saquear las arcas de Cancillería. Las trampas administrativas también incluyen un truco con el IVA: la embajada no declara los importes devueltos por Rusia que, en teoría, deben devolverse a Caracas. Se han obtenido 36 documentos de gastos amañados que sustentan el desfalco a la Cancillería de Maduro, reseñó Al Navío.
El Político
El reportero David Placer reseña que la embajada de Venezuela en Rusia ha creado una maraña de gastos falsos para vaciar las arcas de la Cancillería del régimen de Nicolás Maduro y obtener recursos de forma fraudulenta. Las facturas y comprobantes de servicios amañados sirven para sufragar los gastos de los altos funcionarios desde, al menos, 2015.
La embajada de Venezuela en Moscú, dirigida por Carlos Faría, aplica prácticas irregulares para obtener más recursos de los que les corresponde en su presupuesto, según han denunciado al diario Al Navío fuentes diplomáticas que han aportado documentación y pruebas sobre el mecanismo. La trama se ha fortalecido en los últimos años de restricciones presupuestarias del mandato de Nicolás Maduro. En teoría, la obtención irregular de fondos servía para compensar la falta de ingresos, pero se ha descubierto que también servía para pagar gastos personales de los diplomáticos.
La embajada recurre a empresas fantasma con sellos falsos para justificar ante la Cancillería gastos inexistentes y desviar el dinero a partidas desconocidas. También utiliza documentos irregulares como los pasaportes de funcionarios venezolanos y rusos que han trabajado con anterioridad para la legación para firmar facturas de servicios que nunca se han llevado a cabo, como asesoría cultural, servicios de traducción o gastos de banquetes.
La trama de gastos fantasmas procede de la época del anterior embajador Vicente Paredes Torrealba, según explican a este diario las mismas fuentes. Pero el diplomático que perfeccionó el mecanismo defraudador -aseguran- fue el exadministrador de la embajada José Gregorio Escalona Briceño, militar y político que ahora ejerce como director de un centro de reparación de helicópteros militares en Acarigua, estado Portuguesa, al occidente del país, después de que fue relevado en su cargo de administrador el año pasado.
Escalona Briceño, que tuvo un importante respaldo político mientras ejerció como administrador de la embajada, salió del puesto con la llegada de Faría. Durante su gestión, los trabajadores recibían instrucciones para maquillar la contabilidad de la sede diplomática para obtener más ingresos de los que le correspondían, concluye el portal.
Fuente: Al Navío