Alrededor de 54.000 personas fueron hoy evacuadas en Augsburgo (suroeste de Alemania) para la desactivación de una bomba de la II Guerra Mundial de 1,8 toneladas, en la mayor operación de este tipo desde 1945.
Dos expertos lograron con éxito alrededor de las 19.00 hora local (18.00 GMT) desmontar el artefacto explosivo, de fabricación británica, tras más de cuatro horas de trabajo, lo que permitió que los residentes vuelvan a sus casas, informó la policía.
Las fuerzas de seguridad habían fijado las 10.00 horas locales (9.00 GMT) para que los vecinos abandonasen la zona de peligro, de 1,5 kilómetros de radio, que incluía el centro de la ciudad y varios edificios emblemáticos de su casco histórico, como la catedral y el ayuntamiento.
No obstante, los artificieros empezaron a trabajar con casi dos horas de retraso por el gran número de personas que precisaron ayuda para abandonar su vivienda.
En total, los equipos de emergencia, que incluyeron a unos 900 policías y cientos de bomberos, tuvieron que realizar unas 650 acciones cuando habían previsto unas 400.
Las autoridades de Augsburgo, una ciudad de unos 287.000 habitantes, decidieron llevar a cabo hoy la desactivación al considerar que supondría una menor alteración para los vecinos que realizarla en un día laborable.
El alcalde de la ciudad, Kurt Gribl, reconoció en un videomensaje que la ciudad estaba "distinta a lo que todos habíamos esperado" esta Navidad, con imágenes de calles desiertas y negocios cerrados.
La bomba, lanzada por los británicos durante la II Guerra Mundial (1939-45), fue hallada por casualidad el pasado miércoles durante unas obras, un descubrimiento no del todo inusual en Alemania.
Periódicamente se descubren en Alemania artefactos explosivos de esa contienda. Lo particular de este caso es el volumen de la gente que ha debido ser evacuada, por tratarse de una bomba de gran tamaño y localizarse en un centro urbano densamente poblado.
La mayor evacuación llevada a cabo en Alemania hasta la fecha se produjo en 2011, cuando unas 45.000 personas tuvieron que abandonar temporalmente sus hogares en Coblenza (oeste).
Con información de EFE