En la estación migratoria Siglo XXI en Tapachula (Chiapas) se vive el drama de los migrantes de primera mano. Los funcionarios de seguridad están acostumbrados a observar las escenas más deprimentes, como el caso de una niña de ocho años cubierta por minúsculas gotas de sudor frío, que escupe espuma blanca con los ojos cerrados. Ella ha perdido la conciencia.
Por Redacción El Político
Se trata de uno de los centros migratorios más grandes de Latinoamérica en una de las fronteras más transitadas del mundo. Esa línea separa a Guatemala de México. Las escenas son deprimentes: niños desnutridos con fiebre y diarrea. Madres desesperadas.
Realidad contrastante
Curiosamente, a unos kilómetros de esas rejas, en el centro del municipio, se observa una escena completamente diferente. Cerca de 3 mil cubanos se pasean por las aceras bien vestidos y al ritmo del reggaeton. Los vecinos de Tapachula no habían visto algo así. "Esto es como un Miami chiquito", expresó un líder de comerciantes del centro, Élmer Aquiahualt Herrera, según refiere el trabajo publicado por El País
El sujeto cuenta que con esos cubanos "no tenemos ningún problema. Traen otra actitud y dinero, los hoteles están al 100% de su capacidad".
Muchos de esos cubanos están planeando, según revelaron los activistas, organizarse en una caravana para huir al norte.
"Mientras el INC define una estrategia para poner fin al colapso de Tapachula, los migrantes siguen llenando sus plazas, parques y calles. Migración calcula que hay al menos 5.874 migrantes en el sur y las ONG estiman que cada día llegan alrededor de 200 y 300 más", puntualiza El País.