La empresa Amazon luchará hasta el final contra la creación del primer sindicato de empleados. De conformarse, se trataría de la primera asociación sindical de esta compañía en Estados Unidos; lo cual iría en contra del antisindicalismo de la compañía.
El Político
Entre febrero y marzo los empleados del almacén de Alabama votaron si querían o no organizarse en sindicato. El escrutinio se realiza actualmente pero se trata de un proceso largo y disputado; esto debido a que se analiza la validez de cada voto de forma individual tanto por la empresa como por los trabajadores.
“Aunque (los prosindicalistas) ganen, lo que ocurrirá a continuación es que Amazon presentará una queja alegando que la elección no se celebró de la manera debida”; dijo a EFE el experto en la compañía y profesor visitante de la Universidad George Washington Robin Gaster.
En las declaraciones, citadas por el diario El Espectador, el autor del libro “Behemoth, Amazon Rising: Power and Seduction in the Age of Amazon” (“Behemot, la subida de Amazon: poder y seducción en la era de Amazon”), apunta que esta previsible queja se presentaría ante la Junta Nacional de Relaciones Laborales (NLRB, en inglés).
La máxima autoridad en materia de disputas laborales en el país seguirá dominado en los próximos meses por una mayoría de vocales republicanos nombrados durante el Gobierno de Trump; por lo general, más cercanos a los intereses de la empresa que a los de los sindicalistas.
Este escenario junto con el historial de Amazon garantizan una larga batalla legal para impedir el establecimiento de un sindicato. Incluso de crearse, Gaster recuerda a la agencia de noticias que la ley de Estados Unidos permite a la empresa forzar una nueva votación al año siguiente y en caso de no repetir mayoría, el sindicato deje de reconocerse.
Alta rotación complica el sindicato
Amazon es una empresa con más de 800.000 trabajadores en Estados Unidos y más de 25 años de operaciones. Aún así, sus empleados no disponen de una organización gremial debido a la oposición de la empresa; su modelo se basa en un alto índice de rotación.
“Es un entorno muy difícil para que se formen sindicatos porque estos requieren confianza y solidaridad entre los trabajadores, pero en Amazon no les da tiempo porque los trabajadores están constantemente entrando y saliendo”, agregó Gaster al respecto.
Según el experto, la empresa puede filtrar con relativa facilidad potenciales contrataciones para asegurarse de que no son favorables a la sindicalización.
Votaciones en Alabama
Desde que iniciaron las votaciones en el almacén de Alabama, Amazon desplegó una fuerte campaña publicitaria en todo el país para exaltar las condiciones laborales de la empresa. Desde la cuenta corporativa ha protagonizado discusiones con los senadores Bernie Sanders y Elizabeth Warren.
Además de la hostilidad de Amazon ante la creación de un sindicato, esta empresa se aprovecha de que en los últimos cuarenta años en Estados Unidos ha sido difícil el clima para las organizaciones sindicales; así lo recuerda el profesor emérito de Sociología en la Universidad Cleveland State de Ohio, Peter Meiksins.
En Amazon, además de la tradicional resistencia a los sindicatos, se agrega el elemento cultural de la empresa. Esta pide un compromiso absoluto con la “misión” corporativa y los sindicatos son vistos como una brecha en ese empeño. Esto lo muestra con políticas como la opción que ofrece cada mes de enero a sus empleados de abandonar la firma voluntariamente si no están a gusto con una compensación de 1.000 dólares por año trabajado, pero con la promesa de que jamás volverán a trabajar para ellos.
“Amazon puede entenderse como una secta. Su misión es ser la compañía más centrada en el cliente del planeta y eso significa que cualquier cosa beneficiosa para el cliente es aceptable”, aunque ello suponga llevar a sus empleados al límite para reducir el costo final del servicio, concluye Gaster.