La democracia no pareciera pasar por un buen momento en América Latina. A las dictaduras en Cuba, Nicaragua y Venezuela, se suman las crisis que atraviesan Brasil, Perú y Bolivia.
El Político
La democracia, según la clásica definición de Abraham Lincoln, “el gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo”, sería el mejor sistema que pudiera existir. Bastar, sin embargo, el más pequeño tropiezo para que esa verdad salte por los aires.
Ello viene a cuento precisamente por lo visto en tres de las últimas crisis de los sistemas democráticos de América Latina: Brasil, Perú y Bolivia.
Tres casos que son examinados cuidadosamente por los analistas alemanes en busca de comprender lo que está pasando.
Esto sin dejar de lado la difícil situación de Colombia, en un intento de pacificación que no avanza con los antiguos camaradas del presidente Petro: El ELN.
Por qué es importante
En la década de los 90, al término de las guerras en centroamérica y luego de someter a los movimientos subversivos de izquierda y de la progresiva desaparición de las dictaduras militares, se creyó que finalmente en latinoamérica se dirigía a la adopción de la democracia como sistema de gobierno.
Pero a partir del 2000, se han producido sucesivas crisis que han evidenciado la fragilidad de este sistema y su incapacidad para resolver los grandes problemas de la región.
Venezuela que en algún momento fue una democracia sólida que promovió la democracia entre sus vecinos, es hoy una feroz dictadura, igual ocurre con Nicaragua.
¿Seguirán otros países este triste destino?
Brasil un enredo de principio a fin
El más grande de los países suramericanos, Brasil es, al mismo tiempo, el de más compleja postura en cuanto a la democracia se refiere.
El asalto al Palacio presidencial, el Tribunal Supremo de Justicia y el Congreso Nacional, por las fuerzas del derrotado presidente Jair Bolsonaro, algo verdaderamente inédito que imitó del asalto al Capitolio de los EEUU por las huestes de Donald Trump, implica un desafío de enormes dimensiones para Luiz Inácio Lula da Silva.
Por lo pronto se dictaron investigaciones para Bolsonaro y sus principales colaboradores. Sin embargo, se requerirá de una gran capacidad de Lula para unir a toda la comunidad brasileña para superar esta crisis.
Bolsonaro, por lo pronto está en Florida.
En Perú crecen las protestas y los muertos
Quizás en ningún otro país ha sido tan negativo el proceso democrático como en Perú.
Bastaría con recordar que cinco de los últimos seis mandatarios han sido enjuicados, encarcelados, condenados; y que el último, Pedro Castillo en prisión preventiva por 18 meses mientras se le investiga por rebelión y varios procesos de corrupción.
Su reemplazo, Dina Baluarte, definitivamente no encuentra cómo resolver una crisis sin tregua que ha dejado hasta el momento un saldo de 50 muertos.
Como apunta el portal Redaktionsnetzwerk Deutschland (RND) de Alemania:
"Boluarte, que llegó al poder por la puerta de atrás de una moción de censura, carece de una legitimidad democrática convincente para un mandato que vaya más allá de la organización de nuevas elecciones.
Con cada nueva muerte en las calles de Perú, aumenta la probabilidad de que Boluarte pueda unirse pronto a Castillo (investigado por intento de golpe de Estado) en prisión preventiva. La única salida viable son unas nuevas elecciones rápidas, transparentes y supervisadas internacionalmente".
Bolivia y la negatividad de Evo Morales
Bolivia se ha convertido en el instrumento mediante el cual Evo Morales pretende ejercer un liderazgo general en América izquierdista.
Pero al mismo tiempos las pugnas internas que mantiene en su partido MAS, le dificultan el que pueda pensar que le será fácil el retorno al poder, desplazando a Luis Arce.
El Stuttgarter Zeitung lo resume en una frase:
"Es probable que la lucha interna de Evo Morales (expresidente boliviano) con sus compañeros del partido socialista MAS y el presidente Luis Arce le afecte. Los dos líderes se enzarzan en una lucha de poder bastante intensa y ponen al partido a prueba".
Petro y la pelea con el ELN
Cuando Gustavo Petro arribó a la presidencia de Colombia una de sus promesas más atrayentes fue la de la Paz Total.
Petro electrizó a la opinión pública con un tuit anunciando un alto el fuego con los grupos armados más importantes, incluida la guerrilla del ELN.
"La alegría fue tan grande como los elogios de todas partes. Pero al petardo de Año Nuevo le siguió una resaca. Los guerrilleros del ELN, según sus propias declaraciones, no sabían nada al respecto, o al menos no lo que Petro anunció. Mientras tanto, la situación empeora", apunta el diario Tagespiegel.
Su discurso ahora hacia el ELN se ha tornado más duro, casi en términos de ultimátum. Mientras, en paralelo, lo malos resultados de sus políticas económicas, están corroyendo el respaldo popular con el que arribó a la presidencia.
En conclusión
Salvo Uruguay y Costa Rica, en el resto del continente las instituciones que soportan la democracia lucen frágiles. El creciente populismo de derecha o izquierda, la crónica inestabilidad e inequidad socio-económica, la violencia y la inseguridad crean escenarios poco propicios para que se consolide la democracia.
En América Latina la democracia tiene un reto existencial. Valdrá la pena insistir en ello, para evitar que se repita la situación de Venezuela, considerada en su momento una de las democracias más sólidas del continente y donde desapareció hace dos décadas.
Fuente: DW