Si se habla de antisemitismo en palabras sencillas, basta con decir que se trata de simple odio a la comunidad judía.
El Político
Desde esa perspectiva, todo ataque a los israelitas, a su religión o creencias y a sus bienes o propiedades representa un hecho antisemita.
Suele creerse que la máxima expresión de antisemitismo en el mundo se registró durante la Segunda Guerra Mundial.
Ciertamente, el Holocausto, un genocidio que se saldó con la muerte de entre cinco y seis millones de judíos, fue una realidad antisemita.
Sin embargo, la aversión hacia Israel – y más concretamente hacia la comunidad judía que hace vida dentro o fuera de ese país – es un fenómeno que se mantiene vigente.
Un estudio reciente, elaborado y publicado por el Nertwork Contagion Research Institute (NCRI), sugiere que la ideología antisemita se cultiva, incluso, en las universidades.
De acuerdo con el centro sin fines de lucro, cerca de 200 instituciones estadounidenses, incluidas varias de las universidades más reconocidas, son focos de antisemitismo.
En su reporte, el NCRI revela que las academias involucradas han recibido financiamiento procedente de regímenes autoritarios medio orientales.
A decir del instituto, los centros de educación superior han percibido una cantidad equivalente a los 13.000 millones de dólares.
Muchas de esas contribuciones, indica el NCRI, han permanecido ocultas, pues las universidades han optado por no reflejarlas en sus declaraciones fiscales.
El precio de las donaciones, explica el Nertwork Contagion Research Institute, se paga mediante el fomento de la ideología antisemita entre profesores y estudiantes.
De acuerdo con el instituto, hay una correlación entre las academias que han recibido dinero y el número de eventos antisemitas ocurridos en sus campus.
Según el NCRI, entre 2015 y 2020, las instituciones que aceptaron fondos no revelados experimentaron 250% más incidentes antisemitas que las universidades que no lo hicieron.
En su informe, el centro advierte que la mayor parte del dinero se gira desde Catar, un Estado que acoge a buena parte de la plana mayor del grupo terrorista islámico Hamás.