La Asociación Bancaria (AB), el gremio que agrupa a los trabajadores del sector, anunció ayer que extenderá al lunes y el martes próximos el paro que comenzará pasado mañana en todos los bancos del país. Es decir, la huelga sería ahora por 72 horas y no habrá atención por cinco días, si se tiene en cuenta el fin de semana.
La escalada del conflicto bancario es por el rechazo del Ministerio de Trabajo a homologar la paritaria del sector, que contemplaba un aumento salarial de 24,15%. El acuerdo supera las expectativas inflacionarias que proyectó el Gobierno en su ley de presupuesto y minaría el plan oficial de establecer una pauta salarial inferior al 20% para 2017.
El entendimiento salarial entre la AB y las cámaras empresarias, que inicialmente tuvo aval del Gobierno, está hoy en manos de la justicia laboral. La Cámara Nacional de Apelaciones del Trabajo ya falló de manera favorable en primera instancia y ordenó acatar el acuerdo inicial entre el gremio y los empresarios. Sin embargo, el Ministerio de Trabajo apeló y ahora se espera un desenlace que aún es incierto.
Lea también: Exmilitar argentino se declara inocente ante desapariciones en última dictadura
La de los bancarios es una paritaria clave, porque serviría como negociación testigo para el resto del sector privado. De la elaboración del acta paritaria de los bancarios participó activamente Carlos Melconian cuando todavía presidía el Banco Nación. El trato, inicialmente, contemplaba un aumento salarial anual de 19,5% y había sido avalado, incluso, por el presidente Mauricio Macri, según reconocieron tres fuentes que participaron de la negociación.
Sin embargo, el acuerdo se empantanó cuando el sindicato incorporó al acuerdo de 2017 la compensación del 4% que había logrado en 2016 más otros adicionales que elevaban el porcentaje. El gremio, además, intentó colar un ítem para negociar un pago extra a costas del empleador por las quitas del impuesto a las ganancias.
En su pulseada contra el Gobierno, Sergio Palazzo, el jefe de la AB, respaldó ayer el reclamo de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) por los despidos y suspensiones en la industria. Fue otro gesto que avivó su pelea con el macrismo. De la protesta de la UOM participaron además otros dirigentes de la CGT, pero las presencias que más se resaltaron fueron las de los kirchneristas Héctor Recalde y Carlos Tomada.
La central obrera, en un documento consensuado, exigió hace unas semanas "paritarias libres" y ejemplificó su demanda con la reciente judicialización del caso de los bancarios. Es parte de la cruzada sindical para no avalar el techo del 18% que prevé establecer el Gobierno como la pauta salarial de referencia para 2017.
Con información de La Nación