Hace cinco años surgió con los Panama Papers una de las imágenes más elocuentes de las contradicciones de la autodenominada Revolución Bolivariana: apareció en las islas Seychelles, un paraíso fiscal del lejano océano Índico, una empresa a nombre del ex jefe de edecanes de Hugo Chávez, Adrián Velásquez Figueroa, (a) Guarapiche.
El Político
Fue un momento especial para poner de relieve las fortunas furtivas que el chavismo esconde en paraísos fiscales, en este caso el de un mero hecho de haber sido enfermera del mismo comandante Chávez.
Fue el 3 de abril de 2016 a la una de la tarde de Caracas. A partir de ese momento, 109 medios de 76 países, entre los que destaca Armando.info, empezaron a publicar una batería de primicias bien guardadas en el submundo de los llamados paraísos fiscales.
Era la difusión de los llamado Panama Papers, hasta entonces un proyecto mantenido en secreto a pesar de que llevaba más de un año en obras.
Cinco años de descubrimientos de Panama Papers
Entre las historias venezolanas destacaron Eudomario Carruyo, el ex directivo de la petrolera estatal Pdvsa, con empresas a su nombre y de su familia en las Islas Vírgenes Británicas; también Estados Unidos lo señaló en 2017 de ser el “testaferro” de Tareck El Aissami, vicepresidente de Nicolás Maduro para el área económica.
Mención aparte el caso del general Víctor Cruz Weffer, el responsable del Plan Bolívar 2000, un programa de ayudas que había quedado asociado a uno de los primeros escándalos de corrupción de la era chavista. Pero el tema apenas era un recuerdo casposo hasta que su nombre aparecía en los 2,6 terabytes del bufete panameño Mossack Fonseca, del que salió la ya célebre filtración de los Panama Papers reportada por Armando.info.
A Cruz Weffer lo detuvieron la noche del 20 de marzo de 2018 en el Aeropuerto Internacional Simón Bolívar de Maiquetía. El fiscal general del chavismo, Tarek William Saab, anunció esa noche que el Ministerio Público había librado orden de aprehensión y alerta roja en su contra.
Esa fue la última vez que se refirieron al caso. En España, entretanto, no pasó un mes; cuando las autoridades de ese país detuvieron a la pareja del edecán Adrián Velásquez y la ex tesorera Claudia Díaz
Victorias y fracasos en cinco años
En mayo de 2016, semanas después de que cientos de periodistas publicaran las revelaciones de los Panama Papers; que expusieron de manera masiva los movimientos de dinero y negocios financieros ocultos de políticos, empresarios, figuras deportivas, estafadores y celebridades, un grupo de líderes mundiales – algunos avergonzados; otros indignados y otros que vieron una oportunidad mediática- se reunieron en Londres para denunciar el volumen del flujo mundial de dinero sucio.
El entonces primer ministro británico, David Cameron; el presidente nigeriano Muhammadu Buhari; y el viceministro de Relaciones Exteriores de los Emiratos Árabes Unidos, Anwar Gargash, entre otros; firmaron la Declaración Global contra la corrupción, un acuerdo para tomar medidas enérgicas contra las empresas pantalla, frenar a los abogados y contadores; que ayudan a los funcionarios corruptos, y aumentar la transparencia para desalentar la evasión fiscal.
Cinco años después de que el Consorcio Internacional de Periodistas de Investigación (conocido como ICIJ por su sigla en inglés); y más de 100 socios de medios publicaran la investigación de Panama Papers, la lucha contra el secreto financiero; y las argucias en el extranjero continúa, con una combinación de victorias y fracasos, y más batallas por venir
Implicados a la cárcel por Panama Papers
Si bien los Panama Papers han enviado a criminales a la cárcel y han hecho que otros posibles delincuentes piensen dos veces dónde esconder las ganancias mal habidas; una maraña de leyes plagadas de lagunas legales, paraísos fiscales destinados a maximimizar las ganancias y hábiles intermediarios todavía permiten que prosperen los delitos financieros.
“En la medida que se tome en cuenta la gravedad del problema, estamos en el camino correcto”, dice Attiya Waris; profesora de derecho y política fiscal en la Universidad de Nairobi, Kenia. “El problema durante tanto tiempo fue que todo esto sucedía en espacios muy opacos, y la gente ni siquiera era consciente de ello”.
Pero, según advierte Waris, el sistema financiero mundial sigue desequilibrado. “Ha habido mejoras en la transparencia, pero en gran medida han beneficiado a los países más ricos”, señala.
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