Siete organizaciones de derechos humanos se unieron para solicitar el esclarecimiento de la muerte de una mujer embarazada y una niña indígena el 29 de abril en Delta Amacuro, zona donde habita la comunidad indígena considerada como la mas antigua del continente americano. En el mismo incidente resultó herido otro indígena quien más tarde fue detenido junto a otro sobreviviente de lo que se cree fue una ejecución.
Apolinar Martínez/El Político
En un documento las organizaciones pro derechos humanos se exige además la liberación de los detenidos, que son sobrevivientes del hecho; la atención médica del indígena herido; y el cese del hostigamiento a sobrevivientes y testigos.
Los hechos
El 29 de abril, alrededor de las 7:00 de la mañana, 25 indígenas waraos de la comunidad de Mariusa, en Delta Amacuro, salieron en dos embarcaciones en busca de agua dulce. Su destino era un pozo ubicado aproximadamente a un kilómetro de la comunidad.
Mariusa es una pequeña isla ubicada en las cercanías de Trinidad en la zona donde el Orinoco desemboca en el oceáno Atlántico, por lo tanto esta comunidad es primordial para la defensa de la soberanía venezolana.
Alrededor de las 10:30 de la mañana, en el retorno fueron alcanzados por una lancha tipo peñero de Trinidad y Tobago. En ella iban dos personas del mismo origen. Los waraos para aligerar la carga de sus embarcaciones -llevaban 16 bidones con capacidad para 200 litros cada uno-, pidieron apoyo para ser trasladados hasta la comunidad.
Primero recogieron a nueve waraos de la primera embarcación y posteriormente a 11 waraos de la segunda, para un total de 20 indígenas.
En el trayecto hacia la comunidad de Mariusa, los indígenas divisaron una embarcación de la Guardia Nacional Bolivariana (GNB) que se dirigía en dirección a ellos. En la misma se encontraban cinco militares, cuatro de ellos tenían los rostros tapados con pasamontañas. Solo uno tenía el rostro descubierto, a quien los indígenas identificaron como el sargento López.
“¡Somos los waraos, somos los waraos de Mariusa!”,
Los indígenas, alzando las manos para que los militares pudieran verlos, gritaban pidiendo protección. Se escucharon dos disparos y una ráfaga de tiros. Los indígenas se tiraron al piso de la embarcación para resguardarse, cuando se hizo silencio se percataron de que habían disparado contra ellos.
Belki Mendoza, de 23 años de edad, fue una de las impactadas con las balas de los militares. Ella tenía seis meses de embarazo. Otra herida por las balas fue Samaritana Mendoza, de seis años de edad, hija de la primera víctima; y Edgar Pérez, de 42 años de edad, resultó herido por un proyectil en el pie derecho.
Una semana después de los hechos, la GNB realizó una inspección a la lancha. Dijeron que luego de palpar la embarcación, se percataron de un compartimiento secreto donde encontraron 439 panelas de marihuana. Por lo que estarían acusando a indígenas waraos de tráfico de drogas.