En uno de los episodios más asombrosos de la vida parlamentaria que se recuerde, la Primer Ministro de Suecia, Magdalena Andersson, ha dimitió, menos de ocho horas después de ser elegida.
El Político
La renuncia se produjo después de que la votación de los presupuestos se saldara con la propuesta de la oposición conservadora.
El Parlamento de Suecia informó que la Presidencia del Parlamento aceptó la solicitud de dimisión de Andersson. Agrega que "se pondrá ahora en contacto con los líderes del partido para discutir la situación".
Una elección enredada
El ‘sí’ de los compañeros del Partido Socialdemócrata de Andersson y del Partido Verde permitió sumar 174 votos a favor para ser nombrada, los mismos que logró sumar la oposición conservadora.
El sistema parlamentario sueco establece que basta con que no haya más votos en contra que a favor, por lo que Andersson, finalmente, fue proclamada entre aplausos.
“No” del Partido derrota a Andersson
Sin embargo, tras la votación de los presupuestos, el Partido Verde se retiró de la coalición gubernamental que apoyaba a Andersson.
El ‘no’ del Partido de Centro al proyecto presupuestario de la coalición gobernante la dejó sin los votos necesarios para sacar adelante las cuentas públicas.
En cambio, con 154 votos a favor y 143 en contra, salió adelante el proyecto presentado por la oposición conservadora. El que Andersson estaría obligada a aplicar.
"Según la práctica constitucional, un gobierno de coalición debe renunciar cuando un partido se va", declaró Andersson en rueda de prensa. En la que también dijo que tampoco quiere encabezar un gobierno "en el que se cuestione su legitimidad", recoge el diario ‘Sydsvenskan’, según informa Europa Press.
En resumen, un verdadero espectáculo parlamentario.