El Banco de España está preocupado por la escasa circulación que tiene el dinero en formato metálico entre los usuarios durante los últimos años, a pesar de que se ha producido un notable aumento en la demanda. Por ello, ha contratado a la consultora Indra para que realice un estudio para el supervisor bancario en el que tendrá que examinar toda la cadena por la que discurren las monedas.
El motivo del estudio sería conocer al detalle la distribución y circulación de las monedas metálicas en territorio español. Y es que el Banco de España viene detectado un incremento de la demanda de este medio de pago en los últimos años, "que ha obligado a aumentar de manera significativa la producción", señalan fuentes conocedoras de la medida.
Una de las preocupaciones del regulador, y que deberá ayudar a descifrar la investigación de Indra, es comprobar y entender por qué, tal y como parece, los ciudadanos están acumulando las monedas en vez de utilizarlas en los pagos.
Este efecto de acumulación de dinero metálico estaría afectando especialmente a las monedas de pequeña denominación (uno y dos céntimos, sobre todo). Que los ciudadanos atesoren el cash, y sobre todo de bajo valor, supondría un hecho poco intuitivo a la vista de que estos pagos están reduciéndose de forma acelerada por el avance de los medios electrónicos (tanto que países como Suecia se plantean incluso emitir solo moneda virtual).
A la vista de esta acumulación sin aparente explicación, el Banco de España está interesado (e Indra deberá promover soluciones) en incrementar en lo posible la recirculación de las monedas metálicas, de forma que se emplearan más en los pagos, tal y como indicaría el incremento en su demanda y producción.
Con información de Expansión