Bashar al-Asad, el expresidente de Siria, ha afirmado desde Moscú que su huida a Rusia no fue algo que había planeado.
En un comunicado emitido el 16 de diciembre, Asad explicó que su evacuación ocurrió de manera improvisada, a raíz de una solicitud de las autoridades rusas.
Según su versión, salió de Siria el 8 de diciembre, justo cuando los rebeldes de Hayat Tahrir al Sham (HTS) estaban tomando Damasco.
Asad aseguró que permaneció en la capital hasta la madrugada del 8 de diciembre, cumpliendo con sus responsabilidades hasta que las fuerzas rebeldes comenzaron a infiltrarse.
«En primer lugar, no abandoné el país de forma planificada, como se rumoreaba, ni tampoco en las últimas horas de los combates, sino que permanecí en Damasco dando seguimiento a mis responsabilidades hasta la madrugada del domingo 8 de diciembre de 2024»
Dijo que su traslado a Latakia fue coordinado con los rusos para supervisar las operaciones militares y que en ningún momento consideró renunciar o buscar refugio.
Describió cómo las fuerzas gubernamentales se retiraron por completo y cómo la situación se volvió crítica, lo que llevó a Moscú a pedir su evacuación.
Sin embargo, algunos informes anteriores sugieren que Asad ya había estado pensando en dejar Siria y que su familia se encontraba en Moscú antes de su salida.
Además, exfuncionarios han mencionado que no informó a su círculo cercano sobre sus planes de huida.
El Kremlin ya dijo el 9 de diciembre que el presidente de Rusia, Vladímir Putin, había tomado la decisión de conceder asilo a Al Asad, y que en ningún momento el mandatario dio información de la huida ni a su familia ni a funcionarios de su círculo íntimo.