La administración Biden anunció el martes que estaba trabajando con proveedores de gas y petróleo crudo de Medio Oriente, África del Norte y Asia para reforzar los suministros a Europa en las próximas semanas. En un esfuerzo por mitigar la amenaza de que Rusia podría cortar los envíos de combustible en la escalada del conflicto sobre Ucrania.
El Político
Rusia proporciona alrededor de un tercio del gas y el petróleo crudo importados por la Unión Europea.
Según estimaciones de la industria, el año pasado, Rusia proporcionó alrededor de 128 mil millones de metros cúbicos de gas a Europa. Alrededor de un tercio de eso fluyó a través del territorio ucraniano.
Rusia ha reducido ese flujo este invierno, y su esfuerzo por abrir el gasoducto Nord Stream 2, que conecta Siberia con Alemania, le daría una forma de enrutar todo su gas alrededor de Ucrania. Con lo cual paraliza una fuente clave de ingresos para el gobierno ucraniano. Al tiempo que aumenta la dependencia europea del suministro ruso.
Escaces de gas…el temor europeo
Los aliados europeos han sido cautelosos en público sobre hasta dónde llegarían al imponer severas sanciones a Moscú si invade Ucrania.
Alemania ha sido especialmente cautelosa. Cerró muchas de sus plantas nucleares, aumentando su dependencia de las importaciones de gas natural para generar electricidad.
La medida más fácil de Putin sería cortar aún más los suministros de gas de los gasoductos que atraviesan Ucrania.
Para presionar al gobierno ucraniano en los últimos meses, Rusia ya redujo los suministros que fluyen a través de Ucrania a Europa en aproximadamente un 50 por ciento.
El gas es la clave
La iniciativa de obtener combustible de fuentes alternativas que fluyen a Europa ahora, antes de que estalle una verdadera crisis, fue descrita por funcionarios de la administración Biden como un elemento clave para asegurar a los aliados que podrán capear cualquier corte de suministro de Rusia.
Argumentan que la enorme dependencia de Rusia de sus ventas de petróleo y gas crea una vulnerabilidad en Moscú que los aliados occidentales pueden explotar. Las ventas por este concepto representan más de un tercio del producto interno bruto del país y gran parte de los ingresos del gobierno ruso.
"Si Rusia decide presionar con su suministro de gas natural o petróleo crudo no estaría exento de consecuencias para la economía rusa. Recuerde, esta es una economía unidimensional. Eso significa que necesita ingresos de petróleo y gas tanto como Europa necesita su suministro de energía", dijo un alto funcionario de la administración a los periodistas.