En septiembre de 2022, Joe Biden se presentaba ante los periodistas que cubren las incidencias en la Casa Blanca.
El Político
En aquella rueda de prensa, el mandatario se refirió a la inmigración ilegal a través de la frontera sur.
Biden comentó que en esa franja la situación era “totalmente diferente” a la que se vivió con su antecesor, el ex presidente Donald Trump.
Durante su comparecencia, el jefe de Estado mencionó, de manera puntual, a los indocumentados que habían llegado a la Unión Americana desde países con dictaduras.
Joe Biden habló, concretamente, de Cuba, Nicaragua y Venezuela. Al hacerlo, manifestó que, a su juicio, era poco “racional” deportar a los migrantes procedentes de esas naciones.
“La posibilidad de enviarlos de regreso a esos países no es racional”, espetó el mandatario.
Desde la lógica del presidente, no tenía sentido repatriar a los ciudadanos que, por huir de los regímenes de Cuba, Nicaragua y Venezuela, terminaron en Estados Unidos.
Un año más tarde – y con una severa crisis migratoria en estados como Texas y Arizona – el titular del Despacho Oval parece haber olvidado sus reflexiones.
Este jueves, el Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) anunció la reactivación de las deportaciones a Venezuela, a través de vuelos directos.
Mediante un comunicado, el DHS, uno de los ministerios que integra el Gobierno de Estados Unidos, explicó que la medida se tomó de mutuo acuerdo con la dictadura venezolana.
En la nota, el Departamento indica que la retoma de los vuelos directos de repatriación es “posterior a una decisión de las autoridades de Venezuela, de aceptar el retorno de nacionales venezolanos”.
En el texto, la cartera ministerial agrega que la nueva disposición afectará “a los nacionales venezolanos que cruzaron nuestra frontera de manera ilegal y que no han establecido una base legal para permanecer (en el país)”.