El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, admitió que hace presión para conseguir una pausa a la ofensiva militar de Israel en la Franja de Gaza.
El Político
Desde la Base Aérea Andrews, en Maryland, el mandatario reconoció haber hablado con el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu.
Durante el contacto, Biden solicitó al premier un cese al fuego de carácter humanitario que, a juicio del jefe de Estado, debería extenderse por “tres días”.
De acuerdo con lo explicado por el presidente a los periodistas, la pausa se emplearía para extraer a los rehenes que fueron secuestrados por Hamás el 07 de octubre.
Aquel día, además de un inédito atentado que dejó 1.400 muertos, los extremistas islámicos capturaron a cientos de civiles y soldados.
Desde ese momento, los rehenes permanecen en poder de Hamás, dentro de la Franja de Gaza.
El pedido de Biden contrasta con la política con la que Israel desea manejarse.
A decir del Gobierno del país, no puede haber cese al fuego humanitario hasta que Hamás no libere hasta el último secuestrado.
La diferencia de enfoques entre Washington y Tel Aviv ha generado disgustos en la Casa Blanca. La frustración fue reconocida, este jueves, por Joe Biden.
“(La pausa humanitaria) está tomando un poco más de tiempo de lo que esperaba”, comentó el titular del Despacho Oval.
A pesar de los desacuerdos, John Kirby, vocero de la Casa Blanca, adelantó que Israel se ha comprometido a detener sus acciones al norte de Gaza, durante cuatro horas diarias.
La medida, que empezaría a cumplirse este mismo jueves, supone que “no habrá operaciones militares (…) durante la duración de la pausa”.