El Jueves 28 era el día designado por la administración del gobierno de los Estados Unidos para que el presidente Joe Biden viajara a su primer compromiso en la Cumbre del G-20 en la ciudad de Roma, Italia. Tendrá que hacerlo sin que se haya aprobado el Plan de infraestructura.
El Político
Sin embargo, los planes del presidente se han visto afectados por la crisis que se vive en el seno del Congreso. En donde los demócratas aún no han logrado llegar a un acuerdo para someter a votación el plan de reconciliación y el plan de infraestructura propuesto por el gobierno.
Biden pide confianza
El mensaje del presidente Biden para los progresistas es uno: simplemente necesitan confiar en él. Ahora, esta confianza está enmarcada en la votación rápida del plan de infraestructura de un trillón de dólares. Con la premisa de entregar un paquete de reconciliación completo en el corto plazo, algo que los progresistas no ven con buenos ojos.
La de este jueves es la segunda visita que hace el presidente Biden al Congreso en los últimos días. En conocimiento del estancamiento que vive el Congreso para la votación.
Igual que la anterior, tuvo la misma respuesta: ningún acuerdo. Inclusive, la presidente del Congreso, Nancy Pelosi, convocó una reunión del Comité de Reglamentos del Congreso para mostrar avances. Independientemente de si son robustos o no. Para dar la impresión a los progresistas de que el paquete está avanzado y que es posible confiar en el gobierno para hacer la votación.
Biden tendrá que presionar al liderazgo
Si el presidente hubiera logrado convencer a los demócratas progresistas, se habría anotado una victoria enorme para su portafolio político. Ahora bien, como no logró convencerles aún puede jugar la carta de presión en el liderazgo del partido. Para que este tema se tome como una cuestión de urgencia que debe ser tratada como bloque.
Esta salida plantea serios inconvenientes. Entre ellos que entre los mismos demócratas en el Congreso no confían entre las variantes de su partido. Lo que sin duda alguna es una quimera adicional en este juego de poderes que se está llevando a cabo en Capitol Hill.
10 votos
En este juego, al menos 10 votos de los progresistas van a ir en contra del programa. Pero también 10 congresistas republicanos están dispuestos a votar a favor. Así que todo depende de las estrategias que utilicen los líderes del Partido Demócrata (Biden y Pelosi) para dar vuelta a esta jugada.
El 31 de octubre es la fecha límite para votar el plan de infraestructura. En este escenario en donde la bancada del Partido Demócrata se enfrenta a sí misma, la actuación de Joe Biden y de Nancy Pelosi se hace cada vez más complicada. Ya que ellos no están acostumbrados a jugar en un terreno en donde los suyos son herramienta y obstáculo a la vez.
Fuente: Punchbowl News