A Michael Bloomberg le ha durado su sueño presidencial un día.
El Político
El multimillonario neoyorquino lo apostó todo al Supermartes, la jornada más decisiva de las primarias, y perdió. Los votantes le dieron la espalda -no ha ganado ninguno de los catorce estados en juego y apunta a no conseguir ni siquiera un segundo puesto- y este miércoles ha tirado la toalla.
El exalcalde de Nueva York ha anunciado que cancela su campaña presidencial ante la evidencia de que se ha quedado sin opciones. «Después de los resultados de ayer, la matemática de delegados se ha hecho imposible y ya no hay un camino viable a la nominación», reconoció en un comunicado.
Su inviabilidad era evidente nada más empezaron a salir los resultados. Lo que no estaba tan claro es cuánto tiempo decidiría seguir en campaña y qué pasaría con los descomunales recursos financieros que ha dedicado a ella.
«Conozco a Joe desde hace mucho tiempo», dijo del exvicepresidente con Barack Obama. «Sé de su decencia, honestidad y compromiso con los asuntos que son importantes para nuestro país, incluido el acceso a las armas, la sanidad, el cambio climático y el empleo», añadió antes de confirmar su adhesión: «Trabajaré para convertirle en el próximo presidente de EE.UU».
La noticia confirma el fracaso de una estrategia electoral nunca vista, basada en concentrarse en el Supermartes y dedicar un dinero desconocido, incluso para las muy costosas elecciones estadounidenses. No se presentó a las primarias de los primeros cuatro estados -Iowa, New Hampshire, Nevada y Carolina del Sur- y concentró todos sus esfuerzos -y su amplia chequera- en los estados del Supermartes.
La inversión en propaganda que el multimillonario neoyorquino ha hecho desde que anunció -a última hora, en noviembre- su aventura presidencial supera los 500 millones de dólares. Sus contrincantes le acusaron en los debates de querer «comprar las elecciones», pero este Supermartes ha demostrado que eso no es tan fácil.
Bloomberg parecía tener opciones cuando el voto moderado estaba fragmentado y Biden aparecía como una opción dudosa. Tras la concentración del establishment demócrata alrededor del exvicepresidente, el que parecía una opción prescindible era el propio Bloomberg.
La adhesión del multimillonario a Biden refuerza todavía más al exvicepresidente: todo el voto moderado está ya aglutinado en torno a su campaña. Sanders se había beneficiado hasta ahora de una fragmentación moderada que, con la salida de Bloomberg ya es historia.
Fuente: Reuters