Tras la primera vuelta de unas elecciones municipales que a principios de mes resultaron en la peor derrota del Partido de los Trabajadores (PT) en 20 años, los brasileños volverán hoy a las urnas en 57 ciudades que no lograron definir sus contiendas. Según los pronósticos, se afianzaría el poder de la actual coalición gubernamental encabezada por el Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), del presidente Michel Temer.
El ballottage incluye a 18 capitales estatales, entre ellas Río de Janeiro, Belo Horizonte, Recife, Fortaleza, Curitiba y Florianópolis, y el PMDB, que ya se garantizó el dominio en 1028 alcaldías en la primera vuelta, ahora competirá con sus candidatos en otros 13 municipios. Por su parte, el Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB), principal aliado del PMDB en la administración nacional, tendrá aspirantes en 19 ciudades, luego de haber sorprendido en los comicios del 2 de octubre al ganar por mayoría la alcaldía de San Pablo, la mayor metrópolis del país, con el presentador televisivo João Doria.
Muy relegado, el PT disputará hoy apenas siete ciudades, y sólo una de ella es capital estatal, Recife, donde de cualquier forma su candidato no es el favorito. En comparación con las últimas elecciones municipales, en 2012, el partido, en crisis por el impeachment a Dilma Rousseff y el procesamiento por corrupción de Luiz Inacio Lula da Silva, perdió casi el 60% de las alcaldías que detentaba.
Más allá de cuál sea el mapa político final que a nivel general determine esta segunda vuelta, el duelo que más atención genera es el de Río de Janeiro. Aquí, fuera de los grandes partidos tradicionales, la lucha se libra entre dos Marcelos: por un lado, Marcelo Crivella, un pastor evangélico y senador nacional por el pequeño Partido Republicano Brasileño (PRB); y, por otro, Marcelo Freixo, profesor de historia y diputado estatal por el Partido Socialismo y Libertad (PSOL).
De acuerdo a la última encuesta de Datafolha publicada ayer, el conservador Crivella, que es apoyado por la enorme maquinaria de su Iglesia Universal del Reino de Dios, mantiene las preferencias con el 58% de los votos, frente al 42% de Freixo, un disidente progresista del PT cuya agrupación ha visto crecer su respaldo entre jóvenes e intelectuales de izquierda.
Ex misionero en África, Crivella sostiene posturas muy controvertidas contra los homosexuales y sobre el papel de las mujeres en la sociedad, además de ser tácitamente el favorito de las milicias parapoliciales que controlan gran parte de la empobrecida zona norte de Río. Freixo, en cambio, es conocido por ser un férreo defensor de los derechos humanos y las minorías, y ha hecho de la lucha contra las milicias uno de los pilares de su carrera política (el film Tropa de élite 2 tiene un personaje central que es una suerte de homenaje a él).
Durante las últimas semanas, los candidatos cariocas libraron una verdadera guerra mediática impulsada por las cadenas televisivas Record y Globo. Sucede que Crivella es sobrino del dueño del Grupo Record, Edir Macedo, fundador y líder espiritual de la Iglesia Universal del Reino de Dios, mientras que Globo, aunque es muy crítico de la izquierda, se inclinó por Freixo para evitar que su competencia gane espacio.
Con información de: La Nación