El poder Legislativo de Brasil aprobó modificaciones a la estructura del Gobierno, que diluyen el poder de los ministerios de Medio Ambiente y Pueblos Indígenas. La iniciativa fue aprobada el martes en la noche en Diputados y ratificada por el Senado este jueves. El hecho constituye la primera gran derrota del gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y las promesas climáticas hechas al mundo.
El Político
El martes por la noche, con 283 votos a favor, 155 en contra y una abstención, la Cámara de Diputados de Brasil aprobó un texto que modifica la estructura del gobierno. Se leconoce como Medida Provisional y este jueves fue aprobado, con 51 votos a favor y 9 en contra, en la Cámara Alta. Así quedó confirmado definitivamente.
Desde la campaña electoral, Lula hizo del medio ambiente y los derechos de los pueblos originarios su caballo de batalla. Este revés es para él. Pero también impacta duramente en los 900.000 indígenas de Brasil, advierten activistas.
Debilitados en temas clave
Con los cambios aprobados por el legislativo, el Ministerio de Pueblos Indígenas pierde una de sus principales atribuciones, como es la responsabilidad de la demarcación de nuevas tierras indígenas. Esa función queda en manos del Ministerio de Justicia.
La demarcación habilita a los pueblos originarios a ocupar sus tierras ancestrales y el uso exclusivo de sus recursos naturales para preservar su modo de vida tradicional. Esa medida no solo protege a esas comunidades, sino que también representa una barrera para frenar el avance de la deforestación.
Por su parte, el Ministerio de Medio Ambiente pierde sus competencias sobre el registro de tierras rurales, un asunto considerado clave en el seguimiento y combate de la deforestación ilegal. También pierde atribuciones sobre la gestión de los recursos acuíferos.
Lula mantiene sus 37 ministerios
Pese a las pérdidas en dos ministerios emblemáticos, no todo fue malo para el gobierno del izquierdista Luiz Inácio Lula da Silva, quien podrá mantener sus 37 ministerios. Pero tuvo que dar su brazo a torcer.
El Presidente tuvo que plegarse a las demandas de la Cámara de Diputados y otorgar más cargos y fondos para evitar la anulación de la Medida Provisional 1154/2023.
Dicha medida se refiere a la reestructuración de los órganos de la Presidencia de la República y de los Ministerios. Fue firmada por Lula el primer día de su toma de posesión, el 1 de enero, y es la que amplía los ministerios de 23 a 37.
Según el diario Estado de São Paulo, Lula ha entregado en las últimas horas 1.700 millones de reales, unos 337 millones de dólares, a los parlamentarios. Con esos recursos que el Legislativo reclamaba para áreas prioritarias, logró mantener sus 37 ministerios. Sin embargo, sacrificó de hecho a los dos más simbólicos de su Gobierno.
Se acababa el tiempo
Según los detalles proporcionados por medios brasileros, el jueves era la fecha límite para que el Congreso decidiera sobre el tema relacionado con el tamaño del Estado.
De no haberlo hecho, se podría haber instalado un caos administrativo, con el regreso a la estructura heredada del expresidente ultraderechista Jair Bolsonaro, con solo 23 ministerios, sin uno dedicado a los pueblos indígenas o al medio ambiente, por ejemplo.
Las tensiones en torno a esta votación en el último momento expusieron las dificultades del gobierno para negociar con un Congreso mayoritariamente conservador, donde Lula no ha conformado una base de apoyo sólida.
Segundo revés en derechos de pueblos originarios
El dicho "se gana y se pierde" encaja perfectamente en este impasse entre Lula y el Legislativo. Este fue el segundo revés sufrido por el gobierno de Lula en pocos días en materia de derechos indígenas.
El pasado martes, los diputados dieron media sanción a un controvertido proyecto de ley que establece que los pueblos originarios sólo tienen derecho a las tierras que ocupaban en 1988, cuando se promulgó la Constitución.
Los indígenas rechazan esta tesis. Argumentan que muchas comunidades no se encontraban en sus tierras en 1988. No fue algo que eligieron. Fueron expulsadas a lo largo de los siglos, especialmente durante la dictadura militar, entre 1964 y 1985.
La mano del sector del agronegocio
Conocida como el “Marco Temporal” la controvertida ley modifica el sistema de delimitación de las tierras indígenas del país. Ha sido promovida por el sector del agronegocio. Sus detractores afirman que serán arrebatadas tierras indígenas para favorecer el agronegocio y la minería.
Además de la oposición, también votaron a favor partidos que conforman la base del Gobierno como el Partido Social Demócrata (PSD), el Movimiento Democrático Brasileño (MDB) y la Unión Brasil.
Según el diario Estado de São Paulo, con la votación del “Marco Temporal”, la bancada ruralista quiso enviar un duro mensaje a Lula porque considera que no ha buscado un acercamiento. La respuesta llegó con el voto del Marco Temporal.
Las ministras prometen no rendirse
Tanto Marina Silva, ministra de Medio Ambiente, como Sonia Guajajara, ministra de los Pueblos Indígenas, expresaron su desacuerdo con las decisiones parlamentarias.
Marina Silva reiteró su compromiso de “luchar y trabajar para garantizar los derechos constitucionales de todos los brasileños. El marco temporal es la imposición de una injusticia inaceptable contra los pueblos indígenas de Brasil”, afirmó.
Guajajara se pronunció en su cuenta en Twitter. Calificó la ley de “grave atentado contra los pueblos indígenas y el medio ambiente” y afirmó que dialogará con el Senado. “Dialogaremos para evitar que se negocie nuestra vida a cambio de beneficios y destrucción. No nos rendiremos”.
Fuente: Telam