El nuevo Gobierno brasileño llamó hoy a consultas a su embajador en Caracas tras la decisión de Venezuela de congelar relaciones en protesta por lo que llamó de "golpe de Estado parlamentario" en Brasil, al tiempo que pidió respeto a otros países "bolivarianos" que también han cuestionado su transición política.
Tanto Venezuela como Bolivia, Ecuador y Cuba calificaron como "golpe de Estado" la decisión de este miércoles del Senado brasileño de separar definitivamente de la Presidencia a Dilma Rousseff, hallada culpable de "crímenes de responsabilidad", tras lo que Michel Temer asumió definitivamente como jefe de Estado.
La reacción más dura, sin embargo, fue la de Venezuela, que decidió "retirar definitivamente a su embajador en Brasil y congelar las relaciones políticas y diplomáticas con el Gobierno surgido de este golpe parlamentario".
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El Ministerio de Relaciones Exteriores de Brasil explicó en un comunicado que, ante la decisión venezolana que amenaza la integración latinoamericana, "decidió llamar a su embajador en Caracas a consultas".
"El Gobierno brasileño repudia los términos del comunicado emitido por el Gobierno venezolano sobre la conclusión del juicio político destituyente de la expresidente de la República (Dilma Rousseff), que revela un profundo desconocimiento de la Constitución y de las leyes de Brasil y niega totalmente los principios y objetivos de la integración latinoamericana", dice la nota.
En cuanto a la posición de los otros países que también llamaron a consultas a sus embajadores pero sin congelar las relaciones, el Gobierno brasileño "lamentó sus manifestaciones de incomprensión" del proceso por el que se destituyó a Rousseff.
Con información de EFE