La ciudad de Buenos Aires inauguró su 43ª Feria del Libro como el evento editorial en español más importante del continente, y los cerca de 45.000 metros cuadrados con los que cuenta el predio en el que se ubica harán de ella, hasta el próximo 15 de mayo, la "librería más grande" de Suramérica.
El evento contará con la presencia de unos 80 escritores internacionales, entre los que se incluyen dos premios Nobel de Literatura, Mario Vargas Llosa (Perú) y John Maxwell Coetzee (Sudáfrica).
El discurso inaugural lo pronunció la escritora argentina Luisa Valenzuela, que inició sus palabras recordando que "es larga y viene de lejos la lista de escritoras argentinas que nunca recibieron un reconocimiento".
La escritora, quien se definió como una de las autoras locales que se convirtieron en "herederas de la migración", aseguró que nunca ha dejado de tener en cuenta "nuestro país del sur".
De la feria, que el pasado año congregó en el predio porteño de La Rural a un millón de lectores y a más de 12.000 profesionales del sector editorial, expresó que es todo un "banquete literario" del mundo de las letras nacionales e internacionales.
La autora de novelas como ‘Cola de lagartija’ (1983) y de cuentos como ‘Simetrías’ (1993), invitó a los presentes a utilizar a los libros como "armas de protección a nuestro alcance", y quiso recordar a Carlos Fuentes, quien quince días antes de morir sorpresivamente, desarrolló un discurso en la feria del libro de la capital y esas fueron sus últimas palabras públicas.
"Educación, educación, educación, como una advertencia", dijo para fraseando a Fuentes, a lo que añadió que la educación a la que el escritor mexicano se refirió debe ser "pública, laica, total y sin discriminación".
La "librería más grande" que se pueda "imaginar", según expresó Martín Gremmelspacher, titular de la Fundación El Libro, que organiza la feria, tendrá en esta edición como invitados a figuras como los españoles Arturo Pérez-Reverte, Javier Cercas y Carlos Ruiz Zafón, el italiano Alessandro Baricco, los estadounidenses John Katzenbach y Héctor Tobar, el alemán Bernhard Schlink, el francés Pierre Lemaitre y la brasileña Nélida Piñón.
"Esta no es la peor crisis editorial de la historia de Argentina", afirmó el ministro de Cultura argentino, Pablo Avelluto, y recordó que el sector "ha conseguido salir adelante" en situaciones en las que él consideró que existía una "mayor represión".
Pese a que reconoció que "ha sido un año difícil para la mayoría de los argentinos", no quiso desperdiciar la ocasión para mostrarse a favor de la difusión cultural del país, que, recalcó, "comienza por los libros".
Avelluto no dudó en que la colaboración, con países como España o Colombia, logrará que los títulos literarios argentinos ganen fama a nivel global.
"Vamos a hablar con el mundo, tratando de salir de este problema grave de la producción y lograr llegar a los mercados en los cuales el libro argentino estuvo presente y poco a poco fue perdiendo espacio", explicó el ministro antes de nombrar una serie de organizaciones con las que el Gobierno ya está en contacto para desarrollar la difusión literaria argentina.
El ministro vio en esta Feria la "oportunidad de establecer puentes" entre Buenos Aires y la ciudad invitada de honor de esta edición, Los Ángeles, en Estados Unidos, país en el que el presidente argentino Mauricio Macri se encuentra de visita en estos momentos.
Por su parte, John Szabo, director de la Biblioteca pública de la ciudad norteamericana, explicó a los asistentes que esa urbe está habitada por personas de "más de 140 países", de lo que contó estar "muy orgulloso" de ser "una ciudad global".
A pesar de que, como subrayó, Los Ángeles es más reconocida por ser una ciudad plenamente cinematográfica, es también una "capital creativa del mundo", lo que agrega a su caché un amplio número de autores, editores, librerías y bibliotecas.
Fuente: EFE