El presidente de El Salvador, Nayib Bukele, propuso recientemente al gobierno de Nicolás Maduro un intercambio de prisioneros: 252 migrantes venezolanos deportados por Estados Unidos y actualmente recluidos en una cárcel de máxima seguridad salvadoreña, a cambio de un número equivalente de presos políticos detenidos en Venezuela.
Esta propuesta fue formalmente presentada a la cancillería venezolana e incluía nombres destacados como la madre de María Corina Machado y la activista Rocío San Miguel.
Nicolás Maduro rechazó la propuesta, calificando a Bukele de “violador sistemático de los derechos humanos” y exigiendo la liberación inmediata de los 252 venezolanos detenidos, a quienes llamó “secuestrados” y señaló que están privados de libertad sin juicio ni derecho a la defensa.
Maduro también pidió pruebas de vida de los detenidos, acceso para familiares y abogados, y abandonó cualquier posibilidad de negociación, exigiendo la liberación incondicional.
En respuesta, Bukele criticó la negativa de Maduro, acusándolo de incoherente y recordando que en el pasado el régimen venezolano sí aceptó un intercambio de 30 presos políticos por la liberación de Alex Saab, un colaborador cercano de Maduro, que fue liberado por Estados Unidos en diciembre de 2023. Bukele cuestionó públicamente:
“¿Le pareció justo un intercambio de 30 por 1, pero rechaza ahora una propuesta equitativa de 1 por 1? ¿No fue usted quien afirmó que haría ‘todo lo que fuera necesario’ para lograr la liberación de los venezolanos detenidos en El Salvador? ¿Quiere decir entonces que estaba mintiendo?”
Además, Bukele sugirió que las declaraciones y actos públicos de Maduro, como la recepción de familiares de los detenidos en el Palacio de Miraflores, fueron solo “espectáculo mediático” sin intención real de resolver la situación.
A pesar del rechazo de Maduro, Bukele ha reiterado la oferta y ha hecho pública la documentación enviada a la cancillería venezolana, insistiendo en que la comunidad internacional observe la postura del régimen venezolano. La situación permanece estancada, con ambos gobiernos intercambiando acusaciones y sin avances concretos hacia una solución.