Más de dos meses después de la interrupción de las competiciones por la pandemia de coronavirus, la Bundesliga será el primer gran campeonato europeo de fútbol en regresar, pero deberá seguir estrictas medidas de seguridad, las cuales pueden extrapolarse a otras organizaciones.
El Político
Mientras países como Estados Unidos, España o Brasil muestran severas contradicciones internas para afrontar la transición a una vida normalizada tras la pandemia, los alemanes ya elaboraron un protocolo estricto el cual les permite reiniciar actividades tan polémicas y contagiosas como el fútbol, lo cualhasido criticado por los representantes de otros deportes.
Mientras otros sectores de la sociedad deben mantener la distancia social, unos cuantos millonarios que juegan al fútbol tienen permiso para luchar cuerpo a cuerpo por el balón.El gobierno alemán autorizó este miércoles (06.05.2020) la reanudación de la Bundesliga de fútbol a partir del 15 de mayo, pese a los riesgos sanitarios y las críticas recibidas desde otros deportes. SIn embargo, será a puerta cerrada
Más de dos meses después de la interrupción de las competiciones por la pandemia del nuevo coronavirus, la Bundesliga será el primer gran campeonato europeo de fútbol en regresar, pero deberá seguir una serie de estrictas medidas de protección.
"La Bundesliga puede regresar a partir de la segunda mitad de mayo, respetando las reglas que han sido acordadas", declaró la canciller Angela Merkel tras una reunión con los líderes de los estados federados para abordar las medidas de desconfinamiento.
Alemania marca un nuevo camino entre las grandes ligas europeas.
Los protocolos vinculados con el fútbol sin duda serán referencia en otros países. Francia suspendió definitivamente el final de su temporada la semana pasada e Inglaterra, España e Italia esperan reanudar la competición en junio, en el mejor de los casos.
Antes de la interrupción, el Bayern de Múnich era líder después de 25 jornadas, con 4 puntos de ventaja sobre el Borussia Dortmund, por lo que parecía encaminado hacia un octavo título consecutivo como campeón de Alemania.
Si las nueve últimas jornadas pueden disputarse, tanto de primera como de segunda división, los clubes alemanes recuperarán 300 millones de euros de derechos de televisión.
La DFL presentó a los poderes públicos un protocolo sanitario draconiano, que permitiría relanzar la competición sin grandes riesgos. El ministro de Salud, Jens Spahn, estimó que el plan "es coherente y puede servir de modelo a otros deportes".
El plan sanitario de la liga alemana reposa sobre todo en los test de detección del coronavirus. Toda persona que participe en los entrenamientos o en los partidos será sometida al menos una vez por semana a los controles, y obligatoriamente el día anterior de de los partidos.
Los casos "positivos" serán colocados en cuarentena, pero el resto del grupo no lo será obligatoriamente. La decisión final sobre las medidas de aislamiento no pertenece a los clubes, sino a las oficinas locales de salud, dependientes de los poderes regionales.
Para los partidos, 300 personas serán autorizadas, y habrá zonas creadas para evitar al máximo los contactos: zona "césped", zona "tribunas" y zona "exterior".
El lunes, la DFL anunció que diez personas de las 1.724 controladas en los 36 clubes de primera y segunda divisiones dieron positivo.
La Bundesliga consiguió al fin la autorización: los partidos pueden reanudarse sin público, en este mismo mes, según decidieron la canciller Angela Merkel y los gobernantes de los estados federados. La fecha de reanudación la puede elegir la propia liga. Una cuarentena obligatoria de dos semanas para los jugadores, que se pedía como condición, fue notablemente eliminada como requisito para reanudar el actual torneo. El "rey fútbol", como se llama en Alemania (y no sin razón) a este deporte, lo consiguió al final: una vez más, la Bundesliga adquiere un trato especial, mientras otros deportes permanecen sometidos a la prohibición de seguir sus competencias. ¿Justicia? No. Esto es clientelismo.
El "autogol" inocuo de Kalou
Ya la semana pasada, los clubes habían recibido un permiso especial para poder llevar a cabo entrenamientos en grupos pequeños. El ejemplo del Hertha BSC y los alegres saludos de mano de su delantero Salomon Kalou mostraron cuánta responsabilidad hay en algunos de los involucrados. El ministro presidente de Baviera, Markus Söder, calificó el video filmado en los vestidores del Hertha como "un grave autogol". Pero, aparte de la suspensión de Kalou, no hubo más consecuencias.
Los políticos se apoyan en el fútbol, y le obsequian privilegios. En una encuesta representativa llevada a cabo por encargo de DW, cerca de la mitad de los participantes se manifestaron en contra de la continuación de la temporada de la Bundesliga en estadios vacíos. Otro sondeo, más reciente, arrojó que dos de cada tres personas en Alemania se oponen a dicha reanudación.
Son cifras que deberían alarmar. Porque el pasatiempo favorito de los alemanes se transforma así en un motivo de discordia. ¿Debe permitirse al fútbol profesional, con su millonaria carga financiera, más que al resto de la sociedad? En Alemania, los contactos entre las personas se mantienen limitados, por lo menos hasta el 5 de junio.
Mientras tanto, sobre la cancha, los futbolistas tienen permiso para pelear de cerca por el balón, y así verse en peligro de resultar contagiados. No puede descartarse que se produzcan tumultos amigables para los virus. Excluidos quedan los hinchas, que no pueden ingresar a los estadios. En los primeros partidos antes del confinamiento, las barras se juntaron a cantar desde afuera de los estadios.
Otra regla excepcional: si se produce un caso positivo de COVID-19, no se pondrá en cuarentena a todo el equipo, sino solo a la persona afectada. La Bundesliga corre así varios riesgos, con tal de mantener su modelo de negocio. En esto no hay ni un dejo de responsabilidad.
La próxima prueba
Para poder cumplir los contratos adquiridos con emisoras de TV y patrocinadores, el balón debe rodar. Los riesgos de este negocio serán, literalmente, repartidos en la sociedad, una posición inmoral pero común en el mercantilismo que también ha sentado sus reales en el mundo del fútbol.
"Las ponen a prueba el carácter", dijo alguna vez el excanciller Helmut Schmidt. Si ha de atenderse a esta máxima, el fútbol profesional de Alemania muestra actualmente su verdadero y feo rostro. La DFL incluso trató de poner un bozal a los clubes en su manejo de la crisis por el coronavirus, como lo demostraron documentos filtrados al medio especializado Kicker. Nada de transparencia.
Ahora sigue la próxima prueba de carácter: cómo reaccionará la liga, en caso de que se presenten nuevos casos de coronavirus entre los jugadores. ¿Se suspenderá de inmediato el torneo, cono se ha anunciado, o se continuará jugando, pese a todo y contra todos? Si sucediera lo último, la presidenta de la Conferencia de Ministros del Deporte en Alemania, Anja Stahmann, tendría toda la razón. La política de Los Verdes dijo lo que muchos piensan: en tiempos de la pandemia, simple y sencillamente, "la Bundesliga ha perdido el piso."
"Los clubes deben tomar en serio los temores de los jugadores"
Un jugador de la Bundesliga declara públicamente que tiene miedo de volver a jugar debido de la crisis del coronavirus. Una psicóloga explica la presión a la que están sometidos los profesionales del fútbol. (05.05.2020)Bundesliga: Neuer llama a acatar restricciones por coronavirus
El arquero y capitán de la selección alemana, Manuel Neuer, llamó a los jugadores de la Bundesliga a acatar las normas del plan de higiene y precaución con el cual podría reiniciarse la temporada. (06.05.2020)
Un total de 1.724 jugadores y personal técnico de los 32 equipos del fútbol profesional germano fueron sometidos a testeos. Tres de los contagiados son del Colonia.